La guerra en Ucrania se acerca a su primer aniversario, pero la situación sobre el terreno sigue siendo estancada.
De hecho, mientras las dos partes se preparan para otra ronda de operaciones ofensivas y contraofensivas a gran escala, la guerra parece no tener fin a la vista.
Ucrania está recibiendo por fin algunos de los sistemas de armamento que ayudarán a romper las defensas rusas, pero a falta de semanas y meses para las entregas, la situación sobre el terreno no cambiará significativamente a corto plazo.
Por otro lado, el ejército ruso ha creado amplias posiciones defensivas en todo el campo de batalla y también está acumulando fuerzas para una ofensiva a gran escala.
El momento y el lugar del ataque siguen siendo una incógnita.
En el día 341 de la guerra en Ucrania, el derramamiento de sangre continúa.
Víctimas rusas en Ucrania: Actualización
En general, el Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que, hasta el lunes, las fuerzas ucranianas habían matado aproximadamente a 126.650 soldados rusos (y herido aproximadamente el doble o el triple de esa cifra).
Las armas destruidas incluyen: 293 aviones de combate, de ataque, bombarderos y de transporte, 284 helicópteros de ataque y de transporte, 3.201 tanques, 2.196 piezas de artillería, 6.369 vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos de combate de infantería, 453 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), 18 barcos y cúteres, 5, 041 vehículos y tanques de combustible, 221 baterías antiaéreas, 1.947 sistemas aéreos tácticos no tripulados, 199 plataformas de equipos especiales, como vehículos puente, y cuatro sistemas móviles de misiles balísticos Iskander, y 796 misiles de crucero derribados por las defensas aéreas ucranianas.
¿Otra movilización parcial?
A pesar de contar con una reserva de unos 150.000 soldados, el ejército ruso necesita más hombres, especialmente para sostener las próximas ofensivas que Moscú ha estado planeando.
Según la última estimación de la Inteligencia Militar británica, pronto podría producirse otra oleada de movilizaciones. Al igual que la primera vez en septiembre, lo más probable es que cualquier movilización sea parcial, llamando a ciertos grupos de reservistas.
La semana pasada, los medios de comunicación rusos informaron de que los guardias fronterizos rusos están impidiendo a ciudadanos rusos dobles salir del país porque sus nombres figuran en las listas de movilización.
En septiembre, cuando el Kremlin convocó la primera movilización parcial, cientos de miles de varones rusos que cumplían los requisitos huyeron del país para evitar el reclutamiento. Parece que el gobierno ruso prevé otro éxodo masivo con una nueva movilización.
Además, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitry Peskov, declaró recientemente que el decreto que rigió la primera movilización parcial sigue en vigor, insinuando que podría utilizarse en cualquier momento para llamar a más hombres a apoyar la “operación militar especial” en Ucrania.
“Es muy probable que los dirigentes rusos sigan buscando la manera de satisfacer el elevado número de efectivos necesarios para dotar de recursos a cualquier futura gran ofensiva en Ucrania, minimizando al mismo tiempo la disidencia interna”, evaluó la Inteligencia Militar británica en su última estimación sobre la guerra.
Sin embargo, ordenar una movilización conlleva un riesgo político inherente, y el Kremlin no lo hará a menos que no tenga otra alternativa.
El presidente ruso Vladimir Putin entiende que la mejor manera de que el conflicto continúe sin grandes reacciones internas es no disgustar al ruso medio.
Hasta ahora, la población rusa ha mostrado una vaga neutralidad de media respecto a la guerra.