MOSCÚ (Reuters) – El ministerio de defensa de Rusia criticó el sábado los planes de Estados Unidos de mantener e impulsar la presencia militar estadounidense en el este de Siria como “bandidaje internacional estatal” motivado por el deseo de proteger a los contrabandistas de petróleo y no por preocupaciones reales de seguridad.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo el viernes que Washington enviará vehículos blindados y tropas a los campos petroleros sirios para evitar que caigan en manos de militantes del Estado Islámico (ISIS).
Sus comentarios llegaron después de que el presidente Donald Trump sacara a principios de este mes a unos 1.000 militares estadounidenses del noreste de Siria, lo que llevó a Turquía a lanzar una incursión transfronteriza contra la milicia kurda de YPG, un ex aliado de Estados Unidos contra el Estado islámico.
La decisión de Trump provocó una reacción airada del Congreso, incluyendo a republicanos clave que vieron la retirada como una traición a los kurdos y una medida que podría reforzar el Estado Islámico.
En una declaración, el ministerio de defensa de Rusia dijo que Washington no tenía mandato bajo la ley internacional o de Estados Unidos para aumentar su presencia militar en Siria y dijo que su plan no estaba motivado por preocupaciones genuinas de seguridad en la región.
“Por lo tanto, las acciones actuales de Washington, capturar y mantener el control militar sobre los campos petroleros en el este de Siria, es, en pocas palabras, el bandidaje estatal internacional”, dijo.
Las tropas estadounidenses y las compañías de seguridad privada en el este de Siria están protegiendo a los contrabandistas de petróleo que ganan más de 30 millones de dólares al mes, dice la declaración.
Rusia, que apoya al presidente sirio Bashar Assad y le ha ayudado a cambiar la marea de una sangrienta guerra civil, ha insistido durante mucho tiempo en que la presencia militar de Estados Unidos en Siria es ilegal.
Moscú ha reforzado aún más su posición en Siria tras la retirada de Estados Unidos del noreste del país, negociando esta semana un acuerdo con el presidente turco Tayyip Erdogan para ayudar a retirar a la milicia kurda de YPG de una franja de 30 kilómetros (19 millas) a lo largo de la frontera sirio-turca.
Ankara ve al YPG como terroristas vinculados a los insurgentes kurdos que operan en el sureste de Turquía.