La NASA ha añadido un nuevo objetivo para su misión Artemis a la Luna: explorar los misteriosos y enigmáticos montículos lunares conocidos como las Cúpulas Gruithuisen.
¿Qué son las cúpulas Gruithuisen?
Las cúpulas Gruithuisen son dos montículos específicos, designados Mons Gruithuisen Gamma y Mons Gruithuisen Delta, que existen al norte del cráter Gruithuisen en la Luna.
Las observaciones actuales de estos montículos muestran que son distintos del área circundante.
En cuanto a lo que son, se trata de algo que los científicos han denominado domos lunares, que son un tipo de volcán.
Se sabe que existen varios de estos volcanes en toda la superficie lunar.
Se cree que estos volcanes, especialmente los Domos Gruithuisen, están formados por magma rico en sílice. Esto es notable porque mientras el terreno circundante está cubierto por los restos endurecidos de antiguas lavas basálticas -que son líquidas y delgadas-, en comparación con las lavas silícicas más gruesas, que tienen una consistencia más cercana al granito.
Pero eso es algo que tiene sentido, científicamente. Lo que no tiene sentido es cómo es posible que el magma silícico se forme en la Luna en primer lugar.
Los volcanes silícicos en la Tierra requieren dos ingredientes principales para formarse: Placas tectónicas y agua. La Luna no tiene ninguno de ellos. Esto significa que, en base a nuestra comprensión actual de cómo funcionan los volcanes, no debería ser posible que se formen volcanes silícicos en la Luna.
Y sin embargo, los domos de Gruithuisen están claramente allí. Entonces, ¿cómo ocurrió esto?
Los científicos no tienen ni idea. Pero la NASA espera solucionarlo.
La misión Artemis
Es imposible entender cómo se formaron las cúpulas de Gruithuisen sin ir allí a mirar. Ahora, la NASA ha seleccionado un nuevo conjunto de instrumentos científicos para estudiar las cúpulas por primera vez en una misión prioritaria.
El conjunto de instrumentos es el Lunar Vulkan Imaging and Spectroscopy Explorer (Lunar-VISE), que consta de cinco instrumentos, dos de ellos en un módulo de aterrizaje y tres en un rover móvil.
La misión de Lunar-VISE es explorar la cima de una de las cúpulas y analizar su parte superior.
Su estudio ayudará a resolver el misterio de cómo se formaron estas cúpulas aparentemente imposibles. Comprenderlo puede ayudar a la NASA a planificar futuras misiones robóticas y humanas a la Luna.
En concreto, como las cúpulas son volcanes, esto significa que probablemente haya una gran concentración de material que produce calor. Si lo entendemos mejor, ese calor podría ser un recurso valioso para las misiones lunares a largo plazo.
Los científicos que están detrás del proyecto Lunar-VISE, dotado con 35 millones de dólares, son Kerri Donaldson Hanna y Adrienne Dove, de la Universidad de Florida Central (UCF).
“Hay potencialmente un tesoro de conocimiento esperando a ser descubierto, que no sólo nos ayudará a informar sobre la futura exploración robótica y humana de la Luna, sino que también puede ayudarnos a entender mejor la historia de nuestro propio planeta, así como de otros planetas del sistema solar”, dijo Donaldson Hanna en un comunicado.
Este es sólo uno de los esfuerzos científicos más esperados que la NASA espera realizar en la superficie lunar como parte de la misión Artemis.
Según la NASA, el Lunar-VISE llegará a la Luna en 2026.