El debate de décadas sobre la fusión nuclear vs. fisión nuclear está al borde de un gran avance, ya que la startup Commonwealth Fuel Systems (CFS) está recibiendo apoyo financiero de Bill Gates y otros patrocinadores. La compañía noruega de petróleo y gas Equinor es uno de ellos.
Commonwealth Fuel Systems tiene un sistema alimentado por imanes superconductores de alta temperatura (HTS) que son clave para impulsar un sistema comercial de energía de fusión a principios de la década de 2030, años antes que varios proyectos importantes de fusión en todo el mundo. CFS, una startup con sede en los Estados Unidos que vino del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), está desarrollando su tecnología HTS para ofrecer lo que, según afirma, será el inicio de la comercialización de la energía de fusión nuclear. Eso viene con energía ilimitada de cero carbono, y una fuente de energía renovable mucho más confiable para las plantas de energía que la energía eólica y solar intermitente.
Los esfuerzos de CFS provienen de un proyecto conjunto con MIT que para el 2025 pretende convertirse en el primer reactor de fusión que muestre “ganancia neta de energía” produciendo más energía de la que consume. Será capaz de generar entre 50 y 100 megavatios térmicos que podrían aprovecharse para producir energía en un ciclo de vapor convencional.
La fusión nuclear se ha visto como la respuesta a la disminución del apoyo a la energía nuclear en general desde el desastre nuclear de Fukushima Daiichi en Japón en 2011. Esa crisis fue seguida en 2013 por el cierre de la central nuclear de San Onofre en California después de que fallaran los generadores de vapor de repuesto; y hasta ahora ha permanecido fuera de servicio. La fusión ha sido defendida como la solución ya que crea menos material radiactivo que la fisión, y tiene un suministro de combustible casi ilimitado.
Equinor ve a CFS como una buena opción para su cartera de inversiones de cero carbono que ya incluye energía eólica y solar en el mar. La empresa noruega fue parte de una ronda de financiación de 84 millones de dólares para la startup que se unió a un grupo existente de inversores, incluyendo la empresa de petróleo y gas Eni y la empresa Breakthrough Energy Ventures de Bill Gates.
La fusión nuclear siempre ha enfrentado el mismo desafío que el hidrógeno como energía alternativa. El chiste constante es que “la fusión siempre está a 40 años de distancia”. Los defensores de la energía nuclear pueden estar viendo una señal de esperanza en el hidrógeno, con el potencial del “hidrógeno verde”, las estaciones de combustible que convirtiéndose competitivas para los surtidores de gasolina, y las aplicaciones del combustible que llegan al almacenamiento de energía y a los vehículos comerciales de todo tipo.
La energía nuclear tiene la ventaja de ser tomada bastante en serio en los mercados de todo el mundo, como Francia, donde el país obtiene alrededor del 75 por ciento de su energía eléctrica de la energía nuclear. La fusión ofrece una fuente de energía constante y estable, frente al viento y el sol que se enfrentan a condiciones climáticas intermitentes.
Los defensores de la fusión nuclear se enfrentan al reto de que la energía sea percibida como teórica sin ningún ejemplo real y tangible de cuál será el costo de la energía de fusión. Los beneficios obtenidos por otras energías renovables también podrían perjudicar sus argumentos. Los precios de la energía eólica y solar han ido bajando en los últimos años, las unidades de almacenamiento han ido eliminando parte del riesgo intermitente, y los sistemas de redes inteligentes que están siendo desplegados por las principales empresas de servicios públicos están ayudando a crear apoyo. El hidrógeno también entra en la clasificación de la energía renovable, ofreciendo incentivos gubernamentales para el desarrollo y la distribución.
La CFS se enfrenta a una seria competencia para tomar el claro liderazgo en la fusión nuclear. Una de ellas proviene del proyecto del Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER) que se está completando actualmente en Francia. Comenzó como una colaboración en los años 80 entre los EE.UU., la Unión Soviética, varias naciones europeas y Japón. India, Corea del Sur y China se unieron al consorcio años después.
Los patrocinadores esperan poner en marcha el ITER en 2025, pero el coste ha sido alto, más de 14.000 millones de dólares invertidos hasta ahora. El proyecto comenzó a construirse en 2013, un plazo mucho más largo para su finalización de lo que CFS dice que puede hacer. CFS también se beneficia del hecho de que el ITER y otros grandes proyectos de prueba no comenzarán los experimentos hasta el 2040 o más tarde.
CFS también está obteniendo ganancias al ganarse impresionantes patrocinadores financieros. Junto con las empresas de energía de vanguardia respaldadas por Gates, otras incluyen el fondo de inversión afiliado al MIT, The Engine; la empresa italiana de energía ENI Next LLC; e inversores de riesgo como Future Ventures, Khosla Ventures, Moore Strategic Ventures, Safar Partners LLC, Schooner Capital, y Starlight Ventures.
“Estamos invirtiendo en fusión y CFS porque creemos en la tecnología y en la empresa, y seguimos comprometidos con el suministro de energía al mundo, ahora y en un futuro de bajas emisiones de carbono”, dijo Sophie Hildebrand, Directora de Tecnología y Vicepresidenta Senior de Investigación y Tecnología de Equinor.