Esta semana se denunciaron dos ataques antisemitas en estaciones de metro de Berlín, uno de ellos dirigido a un rabino y su hijo y otro a un joven, según la policía.
El miércoles por la tarde, un hombre de 33 años denunció un ataque antisemita en un tren S-Bahn en Charlottenburg-Nord. Poco después de que el hombre subiera al tren, un pasajero le hizo comentarios antisemitas. Cuando se opuso, el desconocido le agarró del brazo.
El hombre empujó al desconocido y un segundo desconocido se acercó y, junto con el primer atacante, comenzó a golpear al hombre de 33 años en la cabeza y en la parte superior del cuerpo, hiriéndolo levemente.
Otro pasajero intervino y la víctima salió del tren, mientras los dos atacantes continuaban su viaje.
La Policía de Seguridad del Estado se ha hecho cargo de la investigación por lesiones corporales peligrosas, injurias y discurso de odio.
Un rabino y su hijo son atacados cerca de la estación de metro
El ataque se produce pocos días después de que Ariel Kirzon, rabino estatal de la comunidad judía de Potsdam, y su hijo fueran objeto de un ataque antisemita tras salir de una estación de metro en Westphalweg el martes.
Kirzon estaba hablando por teléfono en hebreo con la embajada israelí y llevaba tzitzit cuando salió de la estación, según el periódico alemán Bild.
“Entonces era claramente reconocible como judío cuando de repente un hombre de aspecto árabe me insultó y atacó. Gritó ‘Jude’, levantó las manos y me agarró. En todo momento pensé que me iba a golpear”, dijo el rabino a Bild.
Kirzon añadió que cuando fue a la comisaría a denunciar el incidente le dijeron: “Tendrá que esperar una hora. El personal está ocupado”.
La Policía de Seguridad del Estado declaró que ha abierto una investigación sobre el incidente y ha conseguido las imágenes de las cámaras de seguridad de la comisaría.
El ataque se produce pocos días después de que Ariel Kirzon, rabino estatal de la comunidad judía de Potsdam, y su hijo Levi, ciudadano estadounidense, fueran objeto de un ataque antisemita tras salir de una estación de metro en Westphalweg el martes.
Kirzon declaró el jueves al Jerusalem Post que estaba hablando por teléfono en hebreo con la embajada israelí y llevaba tzitzit cuando salió de la estación.
“Íbamos de camino al médico, ya que mi hijo tenía una cita”, dijo al Post. “Recibí una llamada anticipada de la Embajada de Israel y por eso estaba hablando en hebreo”, explicó.
“Estábamos a punto de subir una escalera mecánica y entonces alguien me empujó con tanta fuerza que me hizo girar literalmente. Estaba en estado de shock. No dije ni una palabra”, añadió.
Todo lo que Kirzon puede recordar es que el atacante gritó “judío”, pero Levi, de 13 años, le dijo después que en realidad gritó “judío podrido, judío de mierda y todo tipo de cosas feas”.
“Me gritó, me empujó el hombro. Me atacó físicamente y yo me quedé callado”, recordó mientras contaba al Post. Recordó que le pidió a su hijo que hiciera un vídeo o fotos, pero Levi le respondió que “no quería hacer fotos. Me dijo ‘déjalo en paz, es demasiado agresivo’“.
Por suerte, dijo Kirzon, la agresión física no fue en la escalera mecánica, de lo contrario, podría haberse caído. El médico revisó a Kirzon y dijo que sólo estaba un poco magullado y que se pondría bien.
Kirzon dijo que este era el segundo ataque antisemita que experimentaba. Hace tres años volvía a casa a altas horas de la noche y un grupo de cuatro jóvenes borrachos me gritaron “judío, hijo de b****” y otros insultos”.
“Tanto mi hijo como yo estábamos en estado de shock”, recuerda. “Fue psicológicamente difícil para mí que Levi tuviera que ver cómo golpeaban a su padre”.
¿Encontrarán al agresor?
Según Kirzon, había cámaras en el lugar de los hechos y espera que la policía pueda identificar al agresor.
Tardaron dos horas en poder presentar un informe.
Los dos son ciudadanos estadounidenses.