Un dron ucraniano derribado por defensas rusas causó un incendio en la planta nuclear de Kursk, sin afectar la seguridad de los reactores ni la radiación.
Acciones de Ucrania causan incidente en planta nuclear rusa
Un dron ucraniano derribado provocó un incendio en la planta nuclear de Kursk, al oeste de Rusia. El dron, interceptado por defensas antiaéreas rusas, detonó al impactar contra el sitio, según reportes de la instalación. Los bomberos extinguieron el fuego sin registrar víctimas. Los niveles de radiación en el complejo y áreas circundantes se mantuvieron en valores naturales, lo que confirma la estabilidad de los sistemas críticos.
El ministerio de Defensa ruso informó que sus sistemas derribaron tres drones ucranianos en la región de Kursk durante la noche. El dron que causó el incendio se estrelló cerca de un almacén de combustible nuclear gastado. Autoridades rusas califican el acto como terrorismo nuclear, y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, exigió una respuesta del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). El presidente Putin acusó directamente a Ucrania del intento de ataque.
BREAKING
— Russian Market (@runews) October 3, 2024
⚡️ Ukrainian Armed Forces attempted to attack the Kursk Nuclear Power Plant using NATO weaponry.
Air defense systems engaged a French bomb at 4:20 PM, which fell five kilometers from the plant. There is currently a fire at the site. pic.twitter.com/mSGwb3IEQC
El director general del OIEA, Rafael Grossi, planea visitar la planta en los próximos días. Grossi emitió advertencias sobre la necesidad de máxima restricción para evitar un accidente nuclear. En respuesta al incidente, la corporación estatal rusa Rosenergoatom anunció que la unidad número cuatro de la planta se desconectará de la red para mantenimiento preventivo. La interrupción durará 59 días e incluye la modernización de equipos y la extensión de su vida útil. Este programa de mantenimiento no se relaciona directamente con los daños del dron.
Este ataque se enmarca en una serie de agresiones con drones de Ucrania contra territorio ruso. Dichos ataques se intensificaron desde la incursión terrestre de Ucrania en la región de Kursk el 6 de agosto de 2024. En esa operación, miles de tropas ucranianas cruzaron la frontera y ocuparon decenas de aldeas, incluida la ciudad de Sudzha. La incursión representó la mayor penetración de una fuerza extranjera en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Operaciones en la región de Kursk y la seguridad nuclear
- La incursión ucraniana del 6 de agosto de 2024 en la región de Kursk tomó por sorpresa a las defensas de Moscú.
- Rusia recuperó el control total de la región a fines de abril de 2025, tras meses de combates.
- La planta de Kursk se encuentra a menos de 50 kilómetros de la frontera con Ucrania, lo que la hace un objetivo vulnerable.
- Autoridades locales evacuaron a 76,000 civiles de zonas de riesgo en Kursk durante la incursión de 2024.
- Enfrentamientos recientes ocurren a unos 30 kilómetros de la planta nuclear, según fuentes militares.
Antecedentes de ataques a infraestructura nuclear en la región
El OIEA emitió múltiples alertas sobre los peligros de los combates cerca de instalaciones nucleares desde el inicio de la ofensiva rusa en 2022. Incidentes previos incluyeron ataques a la planta de Zaporizhzhia, bajo control ruso. Un incendio en torres de enfriamiento se atribuyó a acciones ucranianas, aunque Kiev negó responsabilidad y acusó a Moscú de provocaciones. La planta de Zaporizhzhia es la más grande de Europa y una fuente constante de tensión.
En Kursk, un dron ucraniano derribado en septiembre de 2023 causó daños menores en un edificio cercano, sin afectar la planta. En octubre de 2023, otro ataque impactó un almacén de residuos nucleares. Rusia denunció la acción como un intento de desatar una catástrofe. Estos sucesos previos demuestran un patrón de agresión contra la infraestructura energética rusa, y una escalada de riesgo en el uso de drones contra objetivos sensibles. Rusia acusa a Ucrania de usar terrorismo para debilitar sus posiciones.
Expertos en seguridad nuclear destacan que cualquier daño a reactores o sistemas de enfriamiento podría liberar radiación con consecuencias transfronterizas. Los analistas militares señalan que Ucrania incrementó el uso de drones kamikaze para golpear infraestructuras energéticas rusas, como refinerías y aeródromos. Oleadas de drones han alcanzado hasta 126 unidades en una sola noche. Ucrania busca recuperar territorios ocupados y presiona con operaciones transfronterizas para forzar concesiones rusas en la mesa de negociación.
Rusia atribuyó el intento de ataque a una estrategia desesperada de Ucrania. Rusia insiste en que tales acciones requieren condena internacional, y destaca que componentes occidentales en los drones indican complicidad de aliados de Ucrania. Kiev no respondió a las acusaciones, pero en incidentes pasados rechazó involucramiento en operaciones que pongan en riesgo la seguridad nuclear. La planta de Kursk, construida en la década de 1970, suministra energía a regiones occidentales de Rusia.
Rusia y Ucrania mantienen posturas opuestas en la guerra
La guerra entre Rusia y Ucrania persiste sin indicios de resolución. Rusia rechaza propuestas de paz que no reconozcan sus ganancias territoriales. Ucrania, por su parte, busca recuperar territorios ocupados. El OIEA monitorea la situación de cerca, y Grossi reiteró que cualquier escalada podría llevar a consecuencias irreparables. Expertos en seguridad nuclear advierten que repetidos incidentes como este aumentan la probabilidad de un error catastrófico. Ambas partes deben establecer zonas de exclusión alrededor de plantas atómicas.
Rusia mantiene su posición de que defiende su soberanía contra agresiones externas. Ucrania acusa a Moscú de invasión ilegal. Rusia controla alrededor de una quinta parte del territorio ucraniano, incluida la península de Crimea, anexada en 2014. El presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó repetidamente llamados a un alto el fuego incondicional. Los combates han causado decenas de miles de muertes y han desplazado a millones de personas, lo que ha destruido ciudades en el este y sur de Ucrania.
La comunidad internacional, incluyendo a Israel, observa el desarrollo de los acontecimientos con preocupación. La inestabilidad nuclear en la región podría extenderse a otros actores estatales con ambiciones atómicas. La situación en la región de Kursk subraya los peligros de la guerra para las infraestructuras críticas. El incidente demuestra la vulnerabilidad de las instalaciones nucleares y el riesgo que la guerra impone a la seguridad regional y global. La planta de Kursk opera con dos de sus cuatro reactores activos.
El incidente en la planta nuclear de Kursk demuestra la escalada de las operaciones militares. La destrucción de ciudades en el este y sur de Ucrania ha dejado a millones de personas sin hogar y ha provocado una crisis humanitaria. Los ataques aéreos y de artillería han destruido la infraestructura civil. La comunidad internacional busca una solución diplomática. Israel observa la guerra con atención por sus implicaciones estratégicas. El uso de drones para atacar instalaciones críticas representa una nueva fase en la guerra.