El primer ministro Naftali Bennett reprendió el martes a los líderes libaneses por pelearse con Israel y entre ellos mismos por el gas natural en el Mediterráneo, mientras un mediador estadounidense llegaba a Beirut para mantener conversaciones sobre una disputa de extracción en alta mar que ha amenazado con convertirse en un conflicto armado.
Bennett hizo estos comentarios durante una reunión en Jerusalén con el primer ministro italiano, Mario Draghi, centrada en los lazos bilaterales, así como en el suministro de energía a Europa en medio de la invasión rusa de Ucrania.
Israel y Líbano están actualmente enfrentados por los derechos sobre el yacimiento de gas de Karish, que según el gobierno israelí se encuentra en su zona económica exclusiva reconocida por la ONU, mientras que Líbano afirma que las aguas están en disputa.
“Espero que llegue el día en que Líbano decida que está preparado para beneficiarse del gas natural en sus aguas económicas”, dijo Bennett.
“Es una pena que los dirigentes libaneses, en lugar de extraer el gas en beneficio de su pueblo, estén ocupados en peleas internas y externas”, añadió.
Hizo un llamamiento a Líbano para que aproveche la oportunidad que le brinda el hallazgo de gas para mejorar la desastrosa situación económica del país, diciendo a Beirut que “empiece a ocuparse de ello”.
Las conversaciones sobre el yacimiento están congeladas desde el año pasado, después de que Líbano intentara adentrarse en la zona que Israel reclama como propia. Pero Beirut solicitó la semana pasada el regreso del enviado de energía de Estados Unidos, Amos Hochstein, después de que Israel trasladara una plataforma de gas natural a su campo marítimo de Karish.
La llegada del buque, operado por la empresa londinense Energean, provocó la ira de Líbano, que afirma que el barco está en aguas disputadas, y el grupo terrorista Hezbolá amenazó con atacarlo.
Hochstein se reunió el martes con el presidente libanés, Michel Aoun, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, el primer ministro provisional, Najib Mikati, y otros funcionarios, en un intento de mediar en la disputa. No habló con los periodistas después de las reuniones.
Un funcionario libanés que asistió a las reuniones dijo a The Associated Press que éstas se centraron en la zona en disputa del Mediterráneo y que la zona adicional que el Líbano había estado presionando -conocida en el Líbano como la Línea 29- fue archivada debido a que la zona no es una opción para Israel.
Los medios de comunicación libaneses informaron antes de las reuniones del martes de que Aoun presentaría varias propuestas, incluida una que muestra la disposición a dar a Israel el control total del campo de Karish a cambio de que Líbano obtenga el campo de Qana, parte del cual se adentra en la zona en disputa.
La oficina de Aoun dijo que le dio a Hochstein una respuesta a una propuesta que el enviado de EE.UU. hizo en febrero, para remitirla “a la parte israelí”. Aoun dijo al enviado estadounidense que espera que Hochstein regrese pronto a Líbano con las respuestas de Israel.
Líbano e Israel -que no tienen relaciones diplomáticas y se consideran estados enemigos- llevan cerca de dos años manteniendo conversaciones indirectas con la mediación de Estados Unidos para resolver la disputa fronteriza marítima que dura ya una década.
El Líbano espera dar rienda suelta a la producción de petróleo y gas en alta mar mientras se enfrenta a la peor crisis económica de su historia moderna.
En su reunión, Draghi y Bennett también hablaron de la profundización de la cooperación entre Italia e Israel, de las consecuencias de la actual guerra en Ucrania, de la actual crisis alimentaria mundial y de la cooperación en materia de energía, con la posibilidad de exportar gas a Europa a través de Egipto.
“Europa necesita energía en este momento y en Israel tenemos gas natural en nuestras aguas económicas”, dijo Bennett, añadiendo que habló con Draghi sobre los pasos necesarios para suministrar gas a Europa. La UE está intentando romper los lazos energéticos con Rusia por su invasión de Ucrania y busca fuentes alternativas de gas natural.
Por el momento, la perspectiva de hacer llegar el gas israelí a Europa está plagada de dificultades y requeriría importantes inversiones en infraestructuras a largo plazo.
Al no existir un gasoducto que conecte sus yacimientos en alta mar con Europa, una de las opciones, por ahora, es transportar el gas natural a Egipto, donde podría ser licuado para su exportación por barco a Europa.
Tras la reunión, Bennett alabó las historias compartidas por Israel e Italia, señalando que los dos Estados son ejemplos de “independencia moderna renovada en tierras antiguas” y que ambas naciones han “contribuido mucho al avance de la civilización”.