Israel es un actor importante en la industria de los microchips. El mes pasado, por ejemplo, Google anunció la creación de un centro de desarrollo de chips en el país (Uri Frank, que dimitió de Intel un mes antes del anuncio, dirigirá el centro). Y la actividad es realmente amplia: Intel desarrolla en Israel sus unidades centrales de procesamiento (CPU) para ordenadores personales y centros de datos. Applied Materials tiene una importante actividad en Israel, tanto de desarrollo como de producción. Apple desarrolla en Israel sensores LiDAR para iPhones y vehículos autónomos. Amazon está desarrollando chips de aprendizaje automático para la computación en la nube en Israel, y al parecer seguirá desarrollando chips de red para centros de datos aquí. Y éstas son solo algunas de las empresas de chips que operan ahora en Israel.
El auge plantea preguntas sobre cómo entrar en este floreciente mercado laboral. “Globes” presenta las opciones para encontrar empleo en los semiconductores.
¿Qué hay que estudiar?
Ingeniería eléctrica, electrónica y también física
El término “industria de los chips” se refiere a la producción, desarrollo y diseño de sistemas electrónicos basados en semiconductores. La mayor parte de la industria trabaja con silicio, pero puede ser cualquier material que se comporte como un semiconductor. “La industria de los chips proporciona potencia de cálculo para diversas necesidades”, explica el Dr. Amir Capua, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y director de The Spintronics Lab, que desarrolla futuros dispositivos para la industria de los chips. “Puede ser para los propios ordenadores, y puede ser para aplicaciones y otros usos como, por ejemplo, un calentador de agua que pueda conectarse a su dispositivo para poder comunicarse con él”.
La tendencia de crecimiento continuará, dada la demanda del sector. Capua explica que “la comunicación se ha vuelto más visual y requiere mayores capacidades y velocidad, por lo que se necesitan mejores chips: los requisitos se han vuelto más exigentes”.
Los estudios de ingeniería electrónica son una forma de entrar en el sector. El profesor Mor Mordejai Peretz, director del Centro de Electrónica de Potencia y Circuitos Integrados, y jefe del programa de Electrónica e Integración a Muy Gran Escala (VLSI) de la Universidad Ben-Gurion del Negev, explica que “la vía de formación comienza con estudios básicos, esencialmente de electrónica, digital y analógica. Después, se pasa a la siguiente fase de estudios más avanzados. Para conseguir un puesto de trabajo de nivel inicial, hay que pasar por los estudios básicos e intermedios, como introducción al campo y a los circuitos integrados”.
La carrera de ingeniería dura unos cuatro años, tras los cuales es posible encontrar empleo en cualquiera de los centros de desarrollo que se están abriendo en Israel.
Sin embargo, se puede entrar en la industria de los chips a través de estudios de informática o física. De hecho, la industria hace un seguimiento de los estudiantes y se ha producido un fenómeno interesante: aproximadamente un año y medio después de que los estudiantes comiencen sus carreras, la industria ya identifica a los “talentos” más destacados y les ofrece prácticas. De este modo, las distintas empresas captan a los mejores y los forman para trabajar en la industria.
¿Cuánto se puede ganar?
Entre 20.000 y 30.000 NIS brutos al mes
La industria israelí de los semiconductores emplea actualmente a 38.000 trabajadores, según el servicio de colocación de alta tecnología Ethosia. La mayoría trabaja en desarrollo e ingeniería en empresas establecidas y en start-ups que desarrollan chips para las industrias del automóvil, las telecomunicaciones 5G, el almacenamiento y cualquier otra aplicación que requiera actualmente tecnologías avanzadas.
Según Ethosia, Intel es el mayor empleador del sector en Israel, con más de 14.000 trabajadores. A Intel le siguen Mellanox, que fue adquirida por Nvidia (3.000 empleados), y Apple (1.100 empleados).
En los últimos años, la remuneración de los puestos de trabajo estándar del sector de los chips ha tendido al alza. En el último trimestre, el salario bruto medio para los distintos puestos se situaba entre 28.500 y 32.100 NIS, mientras que en 2019 la horquilla era de 26.000-28.500 NIS. Un conocedor del sector estima que el salario bruto medio para los puestos básicos en el sector del hardware oscila entre los 18.000 y los 24.000 NIS, más acciones y opciones.
Según Ethosia, el año 2021 comenzó con un gran número de puestos vacantes en el sector. Por ejemplo, se ofrecieron 150 puestos de trabajo para profesionales de VLSI, (frente a las 700 vacantes de todo 2019), y 180 puestos de trabajo para puestos de verificación (frente a las 450 vacantes de todo 2019). Teniendo en cuenta que el primer trimestre suele ser el más flojo del año y el cuarto el más fuerte, podemos predecir que en el conjunto de 2021 habrá un mayor número de puestos de trabajo. Los datos de Ethosia indican un fortalecimiento de las disciplinas de los semiconductores.
No obstante, el sector se enfrenta a una enorme escasez de ingenieros de circuitos. El campo se ha expandido mucho en los últimos años, pero no hay suficiente personal. “La demanda está aumentando y el mercado tiene una gran necesidad. Me lo dicen los directivos de varias empresas: el mercado está sediento de ingenieros de circuitos”, afirma Capua. “Al mismo tiempo, a la academia también le cuesta competir con las tentaciones que ofrece la industria. A las instituciones académicas les resulta mucho más difícil conseguir gente, así que hay un problema a la hora de ofrecer formación.”
Peretz amplía las razones de la escasez en el mercado: “En primer lugar, no había suficientes puestos de trabajo, así que la gente no se dedicó al hardware. En segundo lugar, algunas personas piensan que los trabajos en el campo de los materiales son técnicos y rutinarios: largas horas de laboratorio o validación (ejecutar diferentes escenarios para asegurarse de que no hay problemas). El hardware tiene el estigma del trabajo servil, de ensuciarse las manos. La gente tiene que entender que esta industria depende de los chips”.
¿Qué tipo de trabajos hay?
Diseñadores, ingenieros, control de calidad y también gestión.
Intel, el mayor empleador de Israel en este campo, tiene una plantilla de 14.000 personas en Israel, de las cuales 7.000 están en desarrollo, 4.900 en producción y 2.100 son empleados de Mobileye, Moovit y Habana Labs, empresas israelíes que Intel ha adquirido. Nathalie Abramowitz, Directora de Adquisición de Talentos en el centro de desarrollo de hardware de Intel Israel, describe lo que buscan: “Reclutamos buenos talentos. Puede provenir de la ingeniería eléctrica o de la informática, puede ser gente que trabaje en el ejército y que haga proyectos paralelos en casa: lo miramos todo. Tenemos cientos de puestos vacantes y buscamos gente buena”.
“Hay puestos para arquitectos que diseñan el aspecto real del procesador. Hay un puesto llamado Ingeniero Lógico, que consiste básicamente en el diseño de chips y la escritura de código. Hay puestos de verificación para probar los productos y su rendimiento interno. Y hay muchas más funciones: control de calidad y gestión de equipos”, afirma Abramowitz.
Las propias empresas también son conscientes de que este campo está en alza. “El mundo produce más datos. En el momento en que hay una necesidad de mayor capacidad de procesamiento, se necesita más gente. En Intel lo entendemos y debemos desarrollar nuestras capacidades de procesamiento. Aunque haya altibajos, hay un mercado para el silicio y siempre estaremos ahí”, añade Abramowitz.
Rachel Ehrlich, Directora de Recursos Humanos para hardware en Intel Israel, afirma: “Trabajar con hardware permite un desarrollo tecnológico profundo. Las tecnologías profundas pueden tener un gran impacto: intentar llegar a todo el mundo. Más allá de la etapa de aplicación, está simplemente la belleza de trabajar con hardware”.
¿Es el hardware un campo solo para hombres o también hay mujeres?
“Estamos comprometidos con el avance de las mujeres en la industria; estamos trabajando en ello en todas las áreas. En general, vemos que hay más alumnas estudiando estas disciplinas y que hay mujeres ingenieras en el campo. Queremos que esto ocurra más, y vemos que las mujeres ascienden a puestos clave”, afirman Abramowitz y Ehrlich.