La Unión Europea está haciendo todo lo posible para reactivar el acuerdo nuclear y abrir el flujo de fondos al régimen iraní, levantar las sanciones contra Teherán y poner a los mulás gobernantes de la República Islámica en el camino legal para convertirse en un Estado nuclear.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, viajó recientemente a la República Islámica, un “principal estado patrocinador del terrorismo” según el Departamento de Estado, con el fin de “invertir las tensiones actuales” y sellar el acuerdo nuclear. Al parecer, Borrell consiguió reanudar las conversaciones nucleares. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, se jactó de haber mantenido una “reunión larga pero positiva” con Borrell el 25 de junio, y añadió que “lo importante para Irán es recibir plenamente los beneficios económicos del acuerdo de 2015”.
Curiosamente, la visita de Borrell a Irán se produjo después de que Turquía detuviera a ocho miembros de una célula iraní que planeaba asesinar a israelíes. “Los sicarios del equipo de asesinos”, declaró la agencia de noticias privada turca IHA, “que se instalaron en dos habitaciones separadas en el segundo y cuarto piso de un hotel en Beyoglu, fueron [detenidos] con un gran número de armas y municiones”.
No sólo estamos hablando del asesinato de turistas israelíes inocentes”, advirtió el entonces ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Yair Lapid, “sino también de una clara violación de la soberanía turca por parte del terror iraní”.
Si el régimen iraní hubiera tenido éxito en su complot terrorista en Turquía, imaginen cuántos civiles israelíes inocentes habrían sido asesinados. Sin embargo, ni la administración Biden ni la Unión Europea han emitido una palabra de condena. El régimen de Irán parece que va a ser recompensado con su acuerdo nuclear.
La UE y el gobierno de Biden ni siquiera parecen preocuparse por sus propios ciudadanos, que probablemente serían un objetivo para un Irán envalentonado y empoderado. Un diplomático iraní, Assadollah Assadi, fue condenado el año pasado a 20 años de prisión en Bélgica, por su papel en un complot terrorista de 2018. Assadi entregó material explosivo a sus cómplices con el objetivo de atentar contra un mitin de la oposición iraní en París. Si el complot no se hubiera descubierto en el último momento, podrían haber muerto cientos de personas, incluidos dignatarios internacionales y muchos parlamentarios europeos.
Los intentos de asesinato y los complots terroristas de Teherán también se encuentran en otros países europeos. Otro agente del régimen iraní, por ejemplo, Mohammed Davoudzadeh Loloei, fue condenado en 2020 a prisión por un tribunal danés por ser cómplice del intento de asesinato de uno o más opositores al régimen iraní.
En suelo estadounidense, hace menos de un año, el régimen iraní fue sorprendido tramando el secuestro de un ciudadano estadounidense en Brooklyn, Nueva York. Incluso The Washington Post señaló que el intento de secuestro debería ser una seria advertencia para el gobierno de Biden:
“El mensaje para el gobierno de Biden, que ha proclamado con frecuencia su intención de defender a los disidentes pro-democracia, es que Irán y otras dictaduras extranjeras no se arredran a la hora de lanzar ataques dentro de Estados Unidos a menos que se les disuada”.
El régimen iraní no va a cambiar hasta que tenga a todo el mundo gobernado bajo un régimen islamista, o hasta que se le detenga. Este objetivo forma parte del principio revolucionario central del establecimiento teocrático: exportar su revolución a otros países. Como el Líder Supremo fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini, declaró famosamente:
“Exportaremos nuestra revolución a todo el mundo. Hasta que el grito ‘No hay más dios que Alá’ resuene en todo el mundo, habrá lucha”.
La misión clave del régimen también se incorporó a su constitución, que establece:
“La Constitución proporciona la base necesaria para asegurar la continuación de la Revolución en el país y en el extranjero. En particular, en el desarrollo de las relaciones internacionales, la Constitución se esforzará con otros movimientos islámicos y populares para preparar el camino hacia la formación de una única comunidad mundial”.
Es vergonzoso que mientras el régimen iraní lleva a cabo complots terroristas para matar a personas inocentes en otros países, la administración Biden y la UE sigan apaciguando a los mulás gobernantes y recompensando al régimen depredador de Irán por su comportamiento maligno en el interior y en el exterior con riquezas, legitimidad, misiles y el regalo definitivo: el acuerdo nuclear, con el que puede seguir amenazando a sus vecinos y desestabilizando el mundo.