Opinión

Los medios chinos están advirtiendo a Taiwán que mire con atención el impactante colapso del gobierno afgano apoyado por Estados Unidos.

No queríamos hablar de ello el mismo día, pero vaya nube que el presidente Biden consiguió arrojar sobre el 20º aniversario del 11-S.

Lo tenía todo bajo control. Levantarme a las 5:00 a.m. Ducharme. Vestirme. Llenar mi taza de viaje con café. Salir a las 5:30 a.m.

El argumento de Biden de que su mandato de vacunación se justifica para “proteger a los demás” de los no vacunados es incoherente.

Esto es lo que sabemos de los 10 bebés no nacidos que cumplirían 20 años si no hubieran muerto en los ataques terroristas del 11 de septiembre:

Se circuncidan al octavo día después del nacimiento, se abstienen de mezclar carne y leche, el encendido de velas en la víspera del sábado.

Esto sólo recibió una atención limitada debido a que los acontecimientos en Afganistán dominaron las noticias.

Biden ha terminado con la persuasión. Ahora, el presidente ha cogido el palo anunciando nuevos mandatos de vacunación.

El dominio talibán en Afganistán proporcionará a los yihadistas pakistaníes la estratégica para lanzar ataques contra Islamabad.

El cambiante equilibrio de poder en esta provincia del suroeste de Siria es importante para Israel, porque limita con los Altos del Golán.