El lunes, China anunció sanciones de represalia contra tres altos legisladores republicanos de los Estados Unidos y un enviado estadounidense en una profunda disputa sobre el tratamiento de los uigures en la región occidental de Xinjiang por parte de Pekín.
Algunos de los críticos más francos de China, los senadores Marco Rubio y Ted Cruz y el congresista Chris Smith, fueron blanco de la acción, al igual que el embajador de los Estados Unidos en general para la libertad religiosa internacional, Sam Brownback.
Las “sanciones correspondientes” no especificadas se anunciaron días después de que los Estados Unidos impusieran prohibiciones de visado y congelación de activos a varios funcionarios chinos, incluido el jefe del Partido Comunista en Xinjiang, Chen Quanguo, por abusos de derechos en la región.
La medida fue “en respuesta a las acciones equivocadas de los Estados Unidos”, afirmó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, en una reunión informativa regular.
“Instamos a los Estados Unidos a retirar inmediatamente su decisión equivocada, y detener las palabras y acciones que interfieren en los asuntos internos de China y dañan sus intereses”, añadió.
“China dará una nueva respuesta dependiendo del desarrollo de la situación”.
También se aplicarán sanciones a la Comisión Ejecutiva del Congreso de los Estados Unidos sobre China, organismo que vigila los derechos humanos en el país asiático.
Las medidas estadounidenses llegaron cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, trató de culpar cada vez más a China por la difusión de la COVID-19 en los Estados Unidos y más allá y acusar a su presunto contrincante en las elecciones de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, de ser blando con China. Siguen una acusación en un nuevo libro del ex asesor de seguridad nacional John Bolton, según la cual Trump le mencionó al presidente chino Xi Jinping que tenía razón al construir campos de detención para albergar a cientos de miles de minorías étnicas.
Las sanciones fueron anunciadas una semana después de que una investigación de que Associated Press mostrara el control forzado de la población de los uigures y otras minorías mayoritariamente musulmanas, una de las razones citadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos para las sanciones.
“Los Estados Unidos no se quedarán de brazos cruzados mientras el Partido Comunista Chino comete abusos de derechos humanos contra los uigures, los kazakos étnicos y los miembros de otros grupos minoritarios en Xinjiang, incluyendo trabajos forzados, detenciones masivas arbitrarias y control forzado de la población, e intentos de borrar su cultura y su fe musulmana”, indicó el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, en una declaración.
La declaración de Pompeo, acompañada de un anuncio similar del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, señaló que se están imponiendo restricciones adicionales de visado a otros funcionarios del Partido Comunista Chino que se cree que son responsables o cómplices de la injusta detención o el abuso de los uigures, los kazakos étnicos y los miembros de otros grupos minoritarios.
El gobierno chino ha detenido a más de un millón de uigures, kazakos y otras minorías étnicas por lo que denomina formación laboral voluntaria.
Un plano clasificado que salió a la luz el año pasado mostró que los campos que Pekín dirige en el lejano oeste de China son en cambio centros secretos para la reeducación forzada ideológica y de comportamiento.
Los documentos confidenciales, filtrados a un consorcio de periodistas internacionales, exponen la estrategia deliberada del gobierno chino de encerrar a las minorías, la mayoría de las cuales son musulmanas, para reconfigurar sus pensamientos e incluso el idioma que hablan.