No se trata del petróleo. Esto es lo que ha dicho el presidente Biden sobre su próxima visita a Oriente Medio y, más concretamente, a Arabia Saudita. Incluso ha dicho, según informa Politico, que no va a pedir más petróleo a los saudíes. Y, sin embargo, parece que pocos se lo creen.
“No, no voy a pedirles [que aumenten la producción de petróleo]”, dijo el presidente estadounidense la semana pasada en su visita con el rey y el príncipe heredero de Arabia Saudita.
“Todos los estados del Golfo se están reuniendo. Les he indicado que pensaba que debían aumentar la producción de petróleo de forma genérica, no a Arabia Saudita en particular. Espero que en su propio interés lleguen a la conclusión de que tiene sentido hacerlo”, dijo también.
Aquí es donde Biden se equivoca bastante. A los reinos petroleros del Golfo no les interesa bombear más. La mayoría de ellos no tienen capacidad de reserva, y el par que sí la tiene puede haber sobrestimado seriamente esa capacidad de reserva. Y esto incluye a Arabia Saudita.
La cuestión de la capacidad de reserva real salió a la luz también la semana pasada cuando Reuters grabó a Emmanuel Macron, de Francia, diciéndole a Biden que los EAU estaban bombeando cerca de su máximo y que Arabia Saudita sólo podría añadir unos 150.000 bpd a su producción en poco tiempo.
“Y entonces él [el jeque Mohammed bin Zayed al-Nahyan] dijo que (los) saudíes pueden aumentar en 150 [mil barriles por día]. Tal vez un poco más, pero no tienen grandes capacidades antes de seis meses”, dijo el presidente francés, según la grabación de Reuters.
Según estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, Arabia Saudita tiene una capacidad de reserva a corto plazo de 1,2 millones de barriles diarios, la cantidad que puede añadirse a la producción actual en menos de 90 días. La capacidad de reserva a más largo plazo, según la AIE, es de 2,1 millones de barriles diarios. Y la capacidad de producción sostenible del Reino es de 12,2 millones de bpd, también según las estimaciones de la AIE.
El problema de las estimaciones es que a menudo tienden a basarse en información insuficiente, incluida la información suministrada por el país con la capacidad sobrante. Pero, de hecho, no hay datos concretos y verificables sobre la capacidad de producción excedente de Arabia Saudita o de cualquier otro miembro de la OPEP. Ningún miembro de la OPEP está obligado a informar sobre su capacidad excedentaria, y no hay forma de verificar las cifras que comunican como capacidad excedentaria.
Según el último Informe Mensual del Mercado del Petróleo de la OPEP, Arabia Saudita bombeó 10,424 millones de bpd en junio. Esta cifra es superior en 60.000 bpd a la media de mayo, y el Reino se ha comprometido a aumentar la producción de forma mucho más acusada este mes y en agosto. Pero podría no ser capaz de hacerlo.
John Kemp, de Reuters, señaló en un análisis sobre el tema que Arabia Saudita sólo ha alcanzado un nivel de producción de 12 millones de bpd una vez, en abril de 2020. En cuanto a la producción sostenida durante un período de tres meses, la tasa máxima demostrada fue de 10,8 millones de bpd, bombeados entre octubre y diciembre de 2018, según datos de la Iniciativa de Datos de Organizaciones Conjuntas. La situación es aún peor en un periodo más largo. Según los datos citados por Kemp, la producción máxima demostrada de Arabia Saudita en un período de 12 meses ha sido de 10,5 millones de bpd.
Así que, por un lado, es muy poco probable que Arabia Saudita disponga de los recursos necesarios para aumentar la producción de forma significativa y que tenga un impacto en los precios internacionales a corto plazo. Pero también es probable que no quiera hacerlo.
Lo que ocurre con la capacidad sobrante en la producción de petróleo es que se puede recurrir a ella en caso de emergencia. Pero ahora mismo no hay ninguna emergencia petrolera, no según Riad. De hecho, hasta ahora, Arabia Saudita, de la mano de su ministro de Energía y hermano del príncipe heredero, Abdulaziz bin Salman, ha afirmado que el mercado del petróleo está relativamente equilibrado, pero que años de infrainversión en nueva producción se han combinado ahora con las sanciones para reducir la oferta.
El otro aspecto de la capacidad de reserva en la producción de petróleo es que, una vez explotada, deja de serlo, si hablamos de más de un mes o dos. Cuanto menor sea la capacidad de reserva, menor será la flexibilidad de un productor cuando surja una emergencia real.
El año pasado, Saudi Aramco reveló sus planes de aumentar su capacidad de producción a 13 millones de barriles diarios. La ampliación está prevista hasta 2027, según el director ejecutivo Amin Nasser. En otras palabras, aumentar la capacidad máxima de producción sostenida de petróleo del país en 1 millón de barriles diarios llevará ocho años.
Esto no significa que Arabia Saudita no pueda hacer nada para aumentar la producción, según Kemp, de Reuters. Según él, podría volver a poner en marcha viejos pozos que han sido cerrados para “descansar los campos” y mantener la presión, o pueden perforar nuevos pozos en los campos en producción.
Sin embargo, aunque podría hacer estas cosas, sea cual sea su capacidad sobrante, la pregunta más importante es si Arabia Saudí querrá hacer estas cosas. Después de todo, el mes pasado el príncipe Abdulaziz dijo que las relaciones entre Arabia Saudita y Rusia eran tan cálidas como el clima de Riad.