El F-14 Tomcat ha resurgido en popularidad tras el estreno de la superproducción de Hollywood “Top Gun: Maverick”.
Considerado uno de los aviones militares más emblemáticos, el Tomcat sirvió a la Marina durante décadas.
De hecho, este formidable caza se convirtió en el primero de la “Teen Series” estadounidense, seguido del F-15 Eagle, el F-16 Fighting Falcon y el F/A-18 Hornet.
Y, curiosamente, el F-14 sigue en servicio hoy en día con uno de los enemigos de Estados Unidos: Irán.
¿Cómo se originó el F-14 Tomcat?
Inicialmente concebido para satisfacer la necesidad de la Marina estadounidense de un interceptor de largo alcance que protegiera a los grupos de combate de los portaaviones de las municiones lanzadas por los bombarderos y submarinos de la Unión Soviética, el F-14 vio la luz.
En la década de 1960, el entonces secretario de Defensa Robert McNamara pidió a la Armada y al Ejército del Aire que colaboraran en el diseño de un avión monoservicio que pudiera satisfacer las necesidades de ambos servicios.
En teoría, el programa Tactical Fighter Experimental (TFX) era una solución rentable, pero la Armada se opuso al desarrollo del fuselaje del F-111B propuesto.
Finalmente, el programa se interrumpió y el programa Naval Fighter Experimental (VFX) se convirtió en el servicio con base en el mar. Northrop Grumman obtuvo oficialmente el contrato para diseñar el Tomcat en 1969. En dos años, el F-14 realizó su vuelo inaugural. En 1973, el caza alcanzó su capacidad operativa inicial. A día de hoy, el F-14 es el caza más grande y pesado que jamás haya aterrizado en un portaaviones.
El F-14 Tomcat y sus incomparables capacidades dominaron los cielos durante muchos años.
Diseñado para reemplazar al F-4 Phantom II, el Tomcat poseía varias mejoras clave, como capacidades avanzadas de combate aéreo, agilidad y capacidad para llevar a cabo misiones de interceptación a larga distancia y de superioridad aérea.
Con una velocidad máxima superior a Mach 2 (el doble de la velocidad del sonido) y una tasa de ascenso de aproximadamente 45.000 pies por minuto, el F-14 no tuvo rival en los cielos durante toda la década de 1970.
El F-14 Tomcat también era muy potente en comparación con sus homólogos extranjeros. Para contrarrestar la creciente amenaza de la Unión Soviética, el caza podía llevar seis misiles AIM-54 Phoenix, misiles AIM-9 Sidewinder y un cañón interno M61 Vulcan de 20 mm.
A lo largo de los años, el Tomcat sufrió varias remodelaciones, incluida la incorporación del módulo de navegación y puntería para ataques de precisión Lockheed Martin LANTIRN a mediados de la década de 1990.
Como explica Air Force Technology, “el módulo de puntería LANTIRN incluye un FLIR de doble campo de visión y un designador láser / telémetro. El módulo de navegación también contiene un FLIR y un radar de seguimiento del terreno. Un sistema Lockheed Martin de búsqueda y seguimiento por infrarrojos está instalado en una vaina de sensores bajo el morro”.
El F-14 sigue en servicio… con Irán
Aunque el Tomcat fue retirado de la Marina estadounidense en 2006, el caza sigue en activo en la Fuerza Aérea Imperial Iraní.
En la década de 1970, el entonces presidente Nixon accedió a vender al Irán imperial 79 Tomcats operativos en un intento de conseguir más aliados, ya que las tensiones de la Guerra Fría se estaban recrudeciendo.
Sin embargo, tras la Revolución Islámica de 1979 en Irán, la Casa Blanca se arrepintió de enviar el mejor caza del país a un régimen monárquico adversario.
Irán no sólo sigue poseyendo fuselajes de F-14, sino que ha aumentado el número de cazas operativos a lo largo de las últimas décadas y los ha modificado para incluir aviónica y electrónica más avanzadas.
En consecuencia, los cerca de 40 cazas F-14 que le quedan a Irán representan los únicos Tomcats en activo del mundo en la actualidad.
Dado que el poder aéreo nunca ha sido el punto fuerte de Teherán, es probable que el régimen deje de volar su flota, que envejece rápidamente, en un futuro próximo.