Alemania, Francia y Gran Bretaña expresaron su “grave preocupación” por una nueva medida de Irán que, según ellos, constituye una grave violación de sus compromisos en el marco del acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, y advirtieron de que pone en peligro el resultado de las conversaciones destinadas a que Estados Unidos vuelva a participar en el acuerdo.
Los ministros de Asuntos Exteriores de las tres potencias europeas emitieron el martes una declaración conjunta sobre un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica, el organismo de control nuclear de la ONU, según el cual Irán pretende producir uranio metálico enriquecido.
Desde que el entonces presidente Donald Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo en 2018, Irán ha ido violando paulatinamente sus restricciones para presionar a las partes restantes -las tres naciones europeas, Rusia y China- para que presenten incentivos económicos que compensen las paralizantes sanciones estadounidenses.
Entre otras cosas, Teherán ha empezado a enriquecer uranio hasta una pureza muy superior a la permitida por el acuerdo. También ha hecho girar centrifugadoras avanzadas, produciendo uranio metálico y almacenando más uranio del permitido.
El uranio metálico también puede utilizarse para una bomba nuclear, y la investigación sobre su producción está específicamente prohibida por el acuerdo nuclear. El OIEA dijo en febrero que sus inspectores habían confirmado que Irán había comenzado a producir uranio metálico.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, informó a la junta de gobernadores del organismo de que Irán tiene ahora la intención de utilizar uranio enriquecido hasta el 20% en la fabricación de combustible para su reactor de investigación de Teherán y que “al hacerlo, como parte de un proceso de varias etapas”, también producirá uranio metálico enriquecido hasta el 20%.
El martes, Irán comunicó a la agencia que el uranio enriquecido se enviaría al laboratorio de investigación y desarrollo de su planta de fabricación de combustible de Isfahan, donde se convertirá en tetrafluoruro de uranio y, posteriormente, en uranio metálico enriquecido antes de ser utilizado para fabricar combustible, según el OIEA.
Sobre este último paso de Teherán, los ministros de Asuntos Exteriores europeos dijeron: “Irán no tiene ninguna necesidad civil creíble de [investigación y desarrollo] y producción de uranio metálico, que son un paso clave en el desarrollo de un arma nuclear”.
Dijeron que era “aún más preocupante”, dado que no se ha fijado ninguna fecha para la reanudación de las negociaciones en Viena con el fin de que EE.UU. vuelva a participar en el acuerdo nuclear e Irán vuelva a cumplirlo plenamente, y que Irán ha “restringido significativamente” el acceso del OIEA.
“Hemos subrayado repetidamente que el tiempo no está del lado de nadie”, dice el comunicado. “Con sus últimos pasos, Irán está amenazando el éxito de las conversaciones de Viena, a pesar de los avances logrados en las seis rondas de negociaciones celebradas hasta la fecha”.