Supuestamente, China está realizando gestiones entre bastidores en Argentina para conseguir el permiso para establecer una nueva base naval en la ciudad de Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, que concedería a Pekín acceso efectivo a la Antártida.
El sitio francés de noticias Intelligence Online informó en noviembre de 2022 que el funcionario del Partido Comunista Chino (PCCh) Shuiping Tu, con sede en Argentina, había logrado un avance con funcionarios locales de la provincia de Tierra del Fuego para una nueva base naval que permitiría a la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL) controlar un paso crítico que conecta los océanos Atlántico y Pacífico.
La instalación propuesta sería accesible sólo para el personal militar chino, desde donde estarán en condiciones de vigilar las comunicaciones en todo el hemisferio sur, informó Intelligence Online.
“Una posible base china en Ushuaia permitiría a Pekín contar con un enclave permanente en el Hemisferio Sur, con proyección hacia el Atlántico Sur, que, dependiendo de las condiciones negociadas con Argentina, podría permitir la construcción de instalaciones, así como la presencia de unidades navales y contingentes militares en este cuadrante”, dijo Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae de Chile, a Diálogo, revista militar digital publicada por el Comando Sur de EE.UU..
“China podría interceptar todas las comunicaciones regionales con un claro impacto económico y estratégico, además de obtener la posibilidad de mantener un monitoreo permanente del tránsito marítimo”, continuó.
Según Rojas, la presencia de una base militar china en Sudamérica podría interpretarse como un movimiento estratégico esencial de Pekín.
“El proyecto Belt and Road [BRI] anunciado por China en 2013 busca tener una clara proyección hacia esta zona del continente. Y si esta base en Ushuaia se materializa, podría convertirse en la primera de muchas otras, tanto en la costa atlántica como en la pacífica o en el área andina”, dijo Rojas.
En la actualidad, China cuenta con tres bases militares operativas en el exterior. De ellas, la de Yibuti, en África Oriental, es la más conocida. Fue la primera base naval de China en ultramar, establecida en 2017.
Nació de los esfuerzos por hacer frente a los ataques de los piratas somalíes contra los buques de carga que se desplazan por el golfo de Adén, con lo que China ganó una presencia estratégica a lo largo de la ruta que conecta el mar Rojo con el océano Índico.
China cuenta también con la base naval de Ream, en Camboya, que ofrece a Pekín un importante punto de apoyo en la zona del Sudeste Asiático. Según Rojas, China goza de una gran autonomía tanto en la base como en sus alrededores, hasta el punto de que ya ha construido un nuevo puerto.
“Y está la base de Tayikistán, en construcción en la región autónoma de Gorno-Badakhshan, que comparte fronteras con China y Afganistán, con la que Pekín pretende reforzar su presencia en Asia Central”, dijo Rojas.
Aparte de estas instalaciones militares, también está la Estación Espacio Lejano en Argentina, que es una estación de radio ubicada en el departamento de Loncopué, provincia de Neuquén, operada por la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), pero se cree que depende directamente de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación (PLASSF).
“Yo lo veo así: Son instalaciones de un gobierno autoritario, que no deja que los argentinos accedan a ellas, salvo que vayan de visita”, dijo a Infobae el 27 de abril de 2022 la general del Ejército estadounidense Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos.
“¿Qué están tramando? Ellos [China] no tienen las mismas preocupaciones que nosotros con respecto a la libertad y a un hemisferio occidental libre, seguro y próspero. A mí me preocupa. Y está dirigido por una empresa estatal y por el Ejército Popular de Liberación. ¿Para qué utilizan esas instalaciones? bromeó el general Richardson.
EEUU ofrece F-16 a Argentina
En agosto del año pasado, el US Naval Institute (USNI), uno de los principales centros de estudios de la Armada estadounidense, publicó un informe en el que llamaba la atención sobre la creciente influencia de China en Argentina a través del comercio, las finanzas y el poder. El informe expresaba la preocupación de que esta creciente cercanía entre ambos países pueda convertirse en relaciones militares.
En el informe, el USNI también hablaba de cómo la política de seguridad del Reino Unido tras la Guerra de las Malvinas conllevaba riesgos de acercar a Argentina a China y sugería una inversión conjunta de cooperación en seguridad en Argentina con el Reino Unido.
La resistencia del Reino Unido a la modernización y el avance militar argentino empujó a Argentina a las manos de China. Argentina se comprometió con China en 2021 a evaluar los cazas JF-17 chino-pakistaníes.
Tras la Guerra de las Malvinas de 1982, el Reino Unido impuso un embargo de armas a Argentina para evitar que el ejército argentino se modernizara. Como parte de esta política, Londres ha impedido que Buenos Aires adquiera varios cazas imponiendo sanciones a partes de esas aeronaves fabricadas en el Reino Unido.
Por ejemplo, Argentina pretendía adquirir cinco aviones franceses Dassault Super Etendard, pero no pudo debido al embargo de armas sobre el asiento eyectable MK6 de fabricación británica utilizado en los aviones.
El mismo problema tiene Estados Unidos, que ha ofrecido vender a Argentina antiguos F-16 A/B MLU daneses y está negociando con el Reino Unido para que apruebe la venta, según el informe del USNI, que calificó de “anticuada” la política de seguridad británica posterior a la guerra de las Malvinas.
Argentina solía presumir de un ejército formidable a finales de la década de 1970, pero la derrota en las Malvinas cambió esa situación, ya que provocó una colosal falta de inversión y una disminución de las capacidades de defensa del país.
Argentina no ha tenido un caza interceptor en los últimos años, mientras que sus países vecinos, Brasil y Chile, están mucho mejor equipados, cualitativa y cuantitativamente.
Por último, Buenos Aires decidió en 2021 comprometerse con China para evaluar el JF-17 Thunder chino-pakistaní como posible opción para reforzar su poder aéreo. Sin embargo, el presidente argentino Alberto Fernández anunció en diciembre de 2022 que el país había detenido sus planes de adquirir un nuevo avión.
“Argentina tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que la compra de aviones militares. Estamos en un continente desigual, pero no hay problemas bélicos, y se busca la unidad entre los países”, dijo Fernández en una entrevista con Financial Times.
Los expertos sugieren que las circunstancias internas del país pueden haber influido en la decisión del gobierno argentino de paralizar la compra. La economía argentina se enfrenta actualmente a la inflación y a la actual tendencia recesiva mundial. La situación no augura nada bueno para el país sudamericano.
Sin embargo, sólo un mes antes del anuncio de la presidenta Fernández, la delegación de la Fuerza Aérea Argentina viajó a Dinamarca para inspeccionar los cazas F-16 de segunda mano ofrecidos por Estados Unidos.
Así pues, aún hay esperanzas para EEUU, que quiere vender estos F-16 daneses excedentarios a Argentina para evitar que China se afiance en Sudamérica. El informe del USNI sostiene que Londres debe reconsiderar su embargo de armas a Argentina, haciendo hincapié en que es preferible que el personal militar argentino esté influenciado por EEUU en lugar de por China.