Tras el debut del bombardero furtivo de ataque estadounidense B-21 en diciembre, el ejército estadounidense demostró al mundo que las tres partes de su tríada nuclear están llevando a cabo esfuerzos de modernización estratégica.
Sin embargo, China ha emulado el impulso para ampliar sus capacidades de armamento nuclear en su intento de desbancar a Estados Unidos en poderío militar.
Se espera que el bombardero H-20, “imitación del B-2” de las Fuerzas Aéreas del Ejército Popular de Liberación (PLAAF), entre en servicio en esta década.
Una vez puesto en servicio, el primer bombardero estratégico chino con capacidad nuclear podría alcanzar objetivos en Estados Unidos.
Esta capacidad, además de la capacidad armamentística del H-20 y otras incógnitas, es muy preocupante.
Mientras que el B-2 Spirit estadounidense sigue siendo el único bombardero furtivo operativo del mundo en la actualidad, es posible que pronto entre en escena un casi bombardero del PLA.

Breve historia del bombardero H-20 de Xian
Aunque el programa de bombarderos furtivos de China no fue reconocido oficialmente hasta 2016, la PLAAF probablemente comenzó a trabajar en diseños iniciales de bombarderos a principios de la década de 2000.
Un alto ingeniero de diseño de Northrop Grumman fue acusado de violar la Ley de Control de Exportación de Armas en 2005 tras ser sorprendido vendiendo información sobre el bombardero B-2 a Pekín.
En 2013, el experto en aviación chino Andreas Ruppercht publicó modelos que emulaban el desarrollo de un bombardero furtivo chino.
Un año después, un medio de comunicación estatal chino informó de que la PLAAF estaba trabajando en un “bombardero estratégico intercontinental capaz de penetrar las defensas aéreas del enemigo”. La Corporación de la Industria de la Aviación de China publicó un video en 2018 que muestra un bombardero debajo de una tela de caída que se cree que es el H-20.
Las capacidades potenciales del H-20 preocupan a los analistas estadounidenses
Si bien aún se desconoce tanto sobre el fuselaje, la RPC indudablemente está trabajando para lograr una superioridad aérea total en un esfuerzo por superar a sus adversarios.
Los analistas creen que el bombardero H-20 podría tener un alcance de 8.500 kilómetros, lo que aumenta la preocupación de que el fuselaje pueda llegar más allá de la primera cadena de islas frente a la costa de China y llegar a Japón, Filipinas o incluso al territorio estadounidense de Guam.
Una evaluación del Pentágono de 2018 también detalló cómo el desarrollo de un bombardero reabastecible plantearía aún más riesgos para Estados Unidos.
La PLAAF podría “ampliar la capacidad ofensiva de bombarderos de largo alcance más allá de la segunda cadena de islas” si se desarrollara un bombardero reabastecible. Los analistas estadounidenses también creen que el H-20 contará con un radar de barrido electrónico activo (AESA).
Un informe publicado por The Drive indicaba que el radar podría utilizar antenas conformadas y disponer de un armamento primario de misiles de crucero subsónicos.
En cuanto al diseño, el H-20 parece ser un imitador del B-2 Spirit estadounidense.
Basándose en imágenes y vídeos difundidos en China, los analistas creen que el H-20 tendrá un diseño de ala volante, que proporciona ventajas vitales para el sigilo.
Al no tener fuselaje ni cola, el H-20 podría volar con poca resistencia y gran eficacia estructural. Además, este tipo de diseño genera más sustentación en comparación con otros fuselajes de ala fija y es eficaz para limitar la detección desde bandas de radar de alta y baja frecuencia.
Independientemente de las capacidades que posea el nuevo bombardero furtivo H-20 de China, una cosa está muy clara.
Pekín está trabajando incansablemente para desarrollar un arsenal militar que, como mínimo, iguale las proezas de Estados Unidos.
En consecuencia, los esfuerzos de la RPC por conseguir un “ejército de categoría mundial” para 2049 están muy avanzados.