El 38º Regimiento enfrenta pérdidas de Su-27 debido a ataques ucranianos y fuego amigo, mientras lucha contra la corrosión de reservas.
El Regimiento de Aviación de Caza de la Federación Rusa, que opera desde las instalaciones de Belbek, situadas en la Crimea anexionada, ha experimentado una evolución notablemente favorable de los acontecimientos durante el prolongado enfrentamiento.
Los interceptores supersónicos Sukhoi Su-27 del regimiento, situados a solo 240 kilómetros del frente sur de Ucrania y a menudo en el punto de mira de las ofensivas ucranianas, han eludido daños significativos a lo largo de los 25 meses que ha durado la prolongada guerra ruso-ucraniana.
Alteración de la situación del 38º Regimiento de Aviación de Caza
Esta situación ha dado un giro brusco en los últimos días. Se presume que el 38º Regimiento ha sufrido la pérdida de dos de sus Su-27P y Su-27SM, aeronaves que datan de los años ochenta y noventa y que llevan en servicio desde 2021. Curiosamente, uno de estos incidentes fue el resultado de acciones rusas propias.
Un intenso asalto con misiles por parte de Ucrania el pasado domingo, que alcanzó a cuatro buques rusos y a un mando naval en Sebastopol, también tuvo su efecto en Belbek. Según el Centro Ucraniano de Estrategias de Defensa, varios de los 40 misiles de crucero Storm Shadow lanzados desde el aire y misiles Neptune lanzados desde tierra dirigidos contra Sebastopol consiguieron alcanzar las instalaciones del 38º Regimiento.
Este ataque “provocó la destrucción de un caza Su-27 y daños en otros dos”, informó el CDS.
De confirmarse, este suceso marcaría la primera vez que se pierde un Su-27 en el contexto de la guerra en curso con Ucrania, lo cual es notable. Mientras que los cazas Sukhoi Su-30, Su-34 y Su-35 han participado activamente contra objetivos ucranianos, los Su-27 de mayor antigüedad han mantenido un perfil más retirado de la línea de fuego directa.
El 38º Regimiento: Acciones destacadas y reveses recientes
La acción más resonante del 38º Regimiento en el transcurso de la guerra actual se produjo en marzo de 2023, cuando desplegó Su-27 para interceptar un UAV Reaper de la Fuerza Aérea estadounidense que patrullaba en espacio aéreo internacional sobre el mar Negro.
Los Sukhois ejecutaron una maniobra de vertido de combustible sobre el dron antes de alcanzarlo, presumiblemente debido a un error de cálculo. Como resultado, el Reaper se precipitó al mar, mientras que los Su-27 regresaron a su base sin daños.
El regimiento continuó sus misiones de vigilancia aérea defensiva sobre Sebastopol, en un esfuerzo por neutralizar —sin éxito aparente— los ataques con misiles ucranianos dirigidos contra el principal enclave de la Flota del Mar Negro en Crimea.
El armamento ucraniano, incluidos misiles y drones suicidas, ha alcanzado a más de una docena de buques rusos de los casi treinta que componían la Flota del Mar Negro antes de la escalada bélica.
Estos asaltos han aumentado la presión sobre las unidades de defensa antiaérea rusas establecidas en Crimea, convirtiéndolas también en objetivos prioritarios de los misiles ucranianos.
Un incidente relevante se produjo el jueves o días antes, cuando un sistema de defensa antiaérea ruso disparó contra un Su-27 del 38º Regimiento en pleno despegue de Belbek.
Respuesta defensiva fallida contra los propios: Su-27 derribado
Un vídeo publicado en las redes sociales captó el momento en que la aeronave, envuelta en llamas, descendía hacia el suelo. Al parecer, el piloto logró eyectarse y sobrevivió al incidente.
Esta situación llevó al analista Jakub Janovsky, de Oryx, que documenta las pérdidas de vehículos militares en la guerra, a sugerir irónicamente que el Ministerio de Defensa ucraniano “podría plantearse conceder condecoraciones a algunos operadores de sistemas de misiles antiaéreos (SAM) rusos”.
La recuperación de los Su-27 perdidos se presenta como un reto para Rusia. Actualmente, solo quedan unos 40 Su-27 en el arsenal ruso, ya que los modelos más modernos Su-30, -34 y -35 han tomado preponderancia.
Además, los Su-27 más antiguos que Rusia ha mantenido en reserva han sufrido una importante corrosión, lo que complica aún más su posible reutilización.