Boeing desarrolla el MG-28 Ghost Bat, un dron sigiloso y polivalente, lo que sugiere su posible participación en el NGAD.
La competencia internacional por la supremacía aérea de sexta generación
En el teatro de operaciones aéreo moderno, una feroz contienda se desarrolla para dominar los cielos del futuro. En la línea de frente, Estados Unidos y el Reino Unido, junto con aliados estratégicos como Italia y Japón, despliegan sus recursos en una carrera crítica. El objetivo es claro y contundente: forjar un avión de combate avanzado, dotado de sistemas de apoyo autónomos y una red de comando y control basada en la nube, listo para desplegarse en la década de 2030.
BAE Systems, al mando del escuadrón británico en el programa Global Combat Air, antes bautizado como Tempest, ha forjado alianzas clave. En diciembre, un pacto estratégico entre tres naciones marcó el inicio de una colaboración para dar vida a un caza de vanguardia. En este arsenal de socios industriales destacan Mitsubishi Heavy Industries de Japón y Leonardo de Italia, respaldados por Rolls-Royce y MBDA UK.
Los rumores indican que Boeing y Lockheed Martin pueden estar en la línea de batalla del programa británico. Sin embargo, Northrop Grumman ha decidido no competir como contratista principal en esta campaña de cazas NGAD, manteniendo sus cartas estratégicas ocultas.
Los avances encubiertos en el desarrollo del caza NGAD
Aunque los detalles sobre los cazas específicos se mantienen en el más estricto secreto, las maniobras de Estados Unidos y el Reino Unido indican un avance significativo en sus programas. Los orígenes de este proyecto se remontan a 2014, cuando la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de EE. UU. lanzó la Iniciativa de Dominio Aéreo. El programa NGAD, más que un solo avión, se conceptualiza como un “sistema de sistemas” que engloba cazas de sexta generación y aviones de apoyo autónomos.
Según declaraciones de Frank Kendall, Secretario de las Fuerzas Aéreas de EE. UU., durante la Cumbre de Defensa de POLITICO, el caza tripulado NGAD comandará una flotilla de cazas no tripulados. Estos últimos, conocidos como Aeronaves de Combate Colaborativo (CCA), operarán como escuderos fieles, interconectándose en una red para potenciar la conciencia situacional.
Tecnologías clave y la incursión de la inteligencia artificial en NGAD
Maya Carlin ha informado que cinco tecnologías serán cruciales en el diseño del NGAD: armamento avanzado, sigilo, diseño digital, propulsión y gestión térmica. Aunque los detalles de la sexta generación son todavía enigmáticos, se espera que el NGAD supere ampliamente a sus predecesores de quinta generación en capacidades.
La integración de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) en el NGAD es inminente, otorgando a estas máquinas un papel de copiloto en las aeronaves tripuladas y permitiendo a los sistemas aéreos no tripulados (UAS) una operatividad independiente. Estos drones avanzados seguirán instrucciones, pero también demostrarán una capacidad de iniciativa táctica.
El papel de Boeing y la búsqueda de socios internacionales para NGAD
La participación de Boeing en el NGAD parece probable, dada su experiencia con el MG-28 Ghost Bat, un compañero de ala sigiloso y polivalente. Mientras tanto, Lockheed Martin mantiene su dominio en cazas de combate, y Northrop Grumman se concentra en el bombardero estratégico B-21 Raider, presentado en diciembre de 2022.
Estados Unidos, en busca de aliados para su proyecto NGAD, ha convertido esta misión en un verdadero “esfuerzo de equipo”. El año pasado, las Fuerzas Aéreas adjudicaron contratos por valor de 4.900 millones de dólares a gigantes como General Electric, Pratt & Whitney de Raytheon Technologies, Boeing, Lockheed Martin y Northrop Grumman, para el desarrollo de prototipos de motores adaptables para el caza de nueva generación.
Detalles de las adjudicaciones multimillonarias para el desarrollo de cazas futuristas
En una estratégica jugada de logística y financiamiento, cada una de las adjudicaciones para el desarrollo de estos aviones de combate de nueva generación, valoradas en hasta 975 millones de dólares, se han destinado meticulosamente. Cubrirán fases como diseño, análisis, pruebas en plataformas, ensayos con prototipos de motores e integración de sistemas de armas. La meta está fijada: finalizar todas estas operaciones para julio de 2032, marcando un nuevo capítulo en la historia de la aviación militar.
El inicio del programa Tempest y la entrada de Japón en el juego
Hace cinco años, en el Salón Aeronáutico de Farnborough, el Ministerio de Defensa del Reino Unido desplegó sus cartas, anunciando el desarrollo del programa Future Combat Air System (FCAS), luego renombrado como “Tempest”. Esta movida generó cierto revuelo y confusión, dado que el programa franco-alemán-español compartía el mismo nombre. Sin embargo, con la incorporación de Japón el año pasado, este proyecto asumió una nueva identidad y fuerza bajo el nombre de Global Combat Air Programme (GCAP).
El caza Tempest, una pieza central de esta alianza, promete revolucionar el campo de batalla aéreo. Se habla de un diseño que permitiría su operación remota o con un piloto humano asistido por un copiloto virtual “avatar”, capacitado para enfrentar diversos escenarios de combate. Además, se contempla que el Tempest podría comandar enjambres de aviones no tripulados, desplegando una táctica de abrumadora superioridad aérea.
Innovaciones tecnológicas en el programa GCAP
El GCAP se perfila como un vórtice de innovación tecnológica, con planes de implementar tecnologías de “cabina vestible”, reemplazando los controles físicos por sistemas de realidad aumentada y virtual (AR/VR). Estas avanzadas interfaces proyectarán información vital directamente en el visor del casco del piloto, ofreciendo modos de interacción revolucionarios como control por voz, gestos, seguimiento ocular y controles digitales, además de los tradicionales HOTAS.
Desde Italia, Leonardo ha emergido como un jugador clave en este escenario, desarrollando una nueva tecnología de radar para el Tempest. Su Sistema de Radiofrecuencia Multifunción (MRFS) promete ser una herramienta de recolección y procesamiento de datos sin precedentes, capaz de manejar información equivalente al “tráfico de Internet de una gran ciudad”. Este radar avanzado ofrecerá a los operadores una visión clara y estratégica del campo de batalla, convirtiéndose en un activo fundamental en la guerra de la información.
Avances diplomáticos y distribución de tareas en el GCAP
Esta semana se anunció un próximo encuentro diplomático en Tokio, donde representantes de las tres naciones asociadas al GCAP firmarán un tratado para establecer una organización conjunta y un grupo industrial. Este organismo intergubernamental dirigirá el consorcio industrial, distribuyendo el trabajo entre los equipos en áreas críticas como motores y aviónica. El Reino Unido, gracias a su liderazgo en el Tempest, ha sido designado como sede central del programa.
Según informes de Reuters, se especula que Japón y Gran Bretaña podrían liderar el GCAP, asumiendo cada uno aproximadamente el 40% del trabajo. Aunque Roma ha calificado esto de “especulativo”, se ha sugerido que el GCAP podría abrir sus puertas a otras naciones como socios menores. Arabia Saudí aparece entre los posibles candidatos, aportando capital y un mercado atractivo a un proyecto cuyo costo se estima en decenas de miles de millones de dólares.