El programa F- 35 Joint Strike Fighter tuvo un susto hace un par de meses cuando se descubrió material procedente de China en los motores del caza de quinta generación.
Sin embargo, después de ordenar la interrupción total de la producción, el Pentágono ha aprobado una exención de seguridad nacional que da luz verde a Lockheed Martin para seguir entregando el avión de combate F-35 Lighting II.
Una aleación peligrosa y una exención de seguridad nacional para el F-35
El Pentágono emitió una exención de seguridad nacional para 126 aviones de combate furtivos F-35 que contienen “materiales especiales no conformes”, según una carta enviada por el Pentágono al Congreso que obtuvo Breaking Defense.
El descubrimiento de la aleación procedente de China supuso un gran peligro potencial para el programa F-35. Si, por cualquier motivo, el sigilo, la aviónica o las capacidades de combate de la aeronave pudieran verse afectadas en un momento de tensiones o de guerra, entonces los militares chinos habrían disfrutado de una gran ventaja sobre Estados Unidos y sus aliados, la gran mayoría de los cuales utilizan o tienen la intención de utilizar el avión de combate furtivo F-35.
El 31 de agosto, el Pentágono detuvo las entregas del caza furtivo F-35 después de que un subcontratista descubriera que un imán de aleación utilizado en los motores de la aeronave se había obtenido en China.
Honeywell International Inc., uno de los subcontratistas que trabajan en el programa F-35 Joint Strike Fighter, descubrió que un subcontratista chino de “quinto nivel” producía el imán de aleación que se utilizaba en los motores del avión. Honeywell International lo notificó entonces a Lockheed Martin, el fabricante, que lo notificó al Pentágono.
Lockheed Martin y el Pentágono insistieron en que la paralización de las entregas del F-35 era cautelar y que el imán de aleación en cuestión no podía transmitir ninguna información ni perjudicar la integridad del F-35 ni su aviónica ni su rendimiento en combate.
La cadena de suministro en el punto de mira
Infiltrarse y comprometer la cadena de suministro de un gran programa de defensa (el F-35 tiene un precio estimado de aproximadamente 1,3 billones de dólares hasta ahora) es siempre un objetivo para los servicios de inteligencia de los adversarios cercanos. La idea es simple: dejar que mi adversario gaste todo ese tiempo, energía y recursos mientras yo comprometo el programa o robo información que disminuye o anula la eficacia del programa.
Los Estados Unidos lograron hacer eso con Adolf Tolkachev durante la Guerra Fría. Un científico ruso con un profundo rencor hacia la Unión Soviética que había perseguido y asesinado a la familia de su esposa, Tolkachev se ofreció como espía para la CIA y robó documentos altamente clasificados relativos a las capacidades aeroespaciales y de defensa rusas del instituto de investigación en el que trabajaba. Durante su carrera como espía, Tolkachev compartió tanta y tan valiosa información sobre aviones, radares y capacidades de misiles rusos, entre otros datos de inteligencia, que fue apodado el “espía del billón de dólares”.
La proliferación de la tecnología ha abierto nuevas puertas que los servicios de inteligencia pueden utilizar para infiltrarse y comprometer la cadena de suministro de un adversario.
El F-35 Joint Strike Fighter
Sin lugar a dudas, el F-35 Lighting II es el avión de combate más avanzado de la historia. Este avión furtivo se presenta en tres versiones (F-35A, F-35B y F-35C) que comparten capacidades similares pero están diseñadas para fines diferentes, especialmente en lo que respecta al lanzamiento y la recuperación.
El F-35A es la versión estándar, convencional, que puede despegar y aterrizar en pistas de aterrizaje; el F-35B es la versión de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) que puede despegar y aterrizar verticalmente como un helicóptero, y el F-35C es la versión de portaaviones del avión.
Como avión de combate polivalente, el F-35 Lighting II puede realizar las siguientes seis misiones. Éstas incluyen el ataque estratégico, la superioridad aérea, el apoyo aéreo cercano, la guerra electrónica, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento (ISR), la supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD) y la destrucción de la defensa aérea enemiga (DEAD).