El grupo empresarial Bercleys Group avanza en la construcción de City Atlantic, un ambicioso proyecto turístico en Ein Bokek, a orillas del mar muerto.
City Atlantic transforma el turismo en Ein Bokek
El grupo empresarial Bercleys Group avanza en la construcción de City Atlantic, un ambicioso proyecto turístico en Ein Bokek, a orillas del mar muerto. Con una inversión de 800 millones de NIS (aproximadamente 215 millones de dólares), el complejo abarca 110.000 metros cuadrados y combina instalaciones hoteleras, espacios comerciales y un centro de conferencias de última generación. La iniciativa, según fuentes de medios hebreos, busca posicionar a la región como un destino de clase mundial para el turismo de lujo y eventos internacionales.
El proyecto, reportado por el diario económico israelí Globes en su edición en inglés, incluye hoteles de alta gama con capacidad para miles de huéspedes, tiendas de marcas reconocidas y salas de conferencias equipadas para grandes eventos corporativos y culturales. La ubicación en Ein Bokek, conocida por sus propiedades terapéuticas debido a las aguas ricas en minerales del mar muerto, añade un atractivo único para visitantes nacionales e internacionales.
Medios hebreos como Israel Hayom, de línea editorial conservadora, destacaron que City Atlantic generará cientos de empleos directos e indirectos en la región, fortaleciendo la economía del Consejo Regional de Tamar. Además, se espera que el proyecto impulse el desarrollo de infraestructura local, incluyendo mejoras en carreteras y servicios públicos, para soportar el aumento de visitantes proyectado.
La construcción, que ya está en marcha, responde a la creciente demanda de destinos turísticos premium en Israel. Según datos del Ministerio de Turismo de Israel, el mar muerto atrajo a más de 1.2 millones de visitantes en 2024, antes del inicio de este proyecto, lo que subraya el potencial económico de la zona. El complejo también busca diversificar la oferta turística, complementando las tradicionales visitas a sitios históricos como Masada y los tratamientos de spa con nuevas opciones de ocio y negocios.
Datos clave del proyecto City Atlantic en Ein Bokek
- Inversión total: 800 millones de NIS (215 millones de USD).
- Superficie: 110.000 metros cuadrados.
- Componentes: Hoteles de lujo, centro comercial, salas de conferencias.
- Ubicación: Ein Bokek, bajo el Consejo Regional de Tamar.
- Impacto económico: Creación de empleos y mejora de infraestructura local.
- Turismo 2024: 1.2 millones de visitantes al mar muerto.
mar muerto: un destino estratégico para el turismo israelí
El mar muerto, situado a 421 metros bajo el nivel del mar, es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Israel. Su singularidad geográfica y las propiedades curativas de sus aguas han atraído a viajeros durante décadas. Ein Bokek, en particular, se consolidó como un centro turístico desde la construcción del primer hotel en 1960. En el año 2000, la zona ya contaba con 14 hoteles que ofrecían tratamientos de spa basados en los minerales del mar muerto, según reportes de la prensa en inglés.
Medios conservadores en hebreo, como Arutz Sheva, resaltaron el compromiso del gobierno israelí con el desarrollo del mar muerto como un motor económico. El proyecto City Atlantic se alinea con las políticas del Likud y la coalición liderada por Benjamín Netanyahu, que priorizan el crecimiento económico a través de inversiones privadas en infraestructura turística. Estas políticas buscan contrarrestar los efectos de conflictos regionales, como el reportado en 2023, cuando el turismo en Ein Bokek y Masada cayó drásticamente debido a la escalada bélica, según fuentes internacionales.
El complejo también responde a la necesidad de modernizar la oferta turística en la región. Aunque Ein Bokek cuenta con hoteles de lujo y tres centros comerciales con más de 4.300 habitaciones, la infraestructura actual data en gran parte de las últimas décadas. City Atlantic introducirá instalaciones contemporáneas, diseñadas para competir con destinos turísticos de élite en el mundo, según informó Globes.
El proyecto no solo se centra en el turismo de ocio, sino también en el sector de conferencias. El centro de convenciones de City Atlantic está diseñado para albergar eventos internacionales, desde ferias comerciales hasta cumbres diplomáticas, lo que podría posicionar a Israel como un hub para el turismo de negocios en el Medio Oriente.
Impacto económico y sostenibilidad en el Consejo Regional de Tamar
La construcción de City Atlantic representa una inversión significativa en el Consejo Regional de Tamar, una zona que depende en gran medida del turismo. Según Israel Hayom, el proyecto creará centenares de empleos durante la fase de construcción y operación, beneficiando a comunidades locales y a trabajadores de áreas cercanas como Arad y Neve Zohar. Además, se espera que el aumento de visitantes impulse negocios locales, desde restaurantes hasta tiendas de artesanía.
En términos de sostenibilidad, Bercleys Group aseguró que el proyecto cumple con los estándares ambientales para proteger el ecosistema del mar muerto, que enfrenta desafíos debido a la disminución de su nivel de agua. Medios en inglés, como The Jerusalem Post, reportaron que las autoridades locales implementaron medidas para garantizar que el desarrollo turístico no acelere la evaporación del lago salado, un problema que ha preocupado a ambientalistas durante años.
El Ministerio de Turismo también destacó la importancia de proyectos como City Atlantic para diversificar la economía del sur de Israel. La región, que incluye sitios arqueológicos como Metzad Bokek, una fortaleza romana, y la reserva natural de Ein Gedi, tiene un potencial sin explotar para atraer a más turistas internacionales. La modernización de Ein Bokek podría servir como modelo para otros destinos en el país.
En el contexto político, el proyecto refleja la visión del gobierno de Netanyahu de fortalecer la presencia económica y cultural de Israel en áreas estratégicas. Arutz Sheva señaló que iniciativas como esta refuerzan la soberanía israelí en el mar muerto, una región compartida con países vecinos, pero administrada en su costa occidental por Israel.