Una mujer que acunaba a un bebé en brazos en el aeropuerto y publicaba en las redes sociales que amaba su trabajo. Un joven esposo con un hijo en camino. Otro hombre que siempre quiso ser militar. Un hombre que planeaba convertirse en ayudante del sheriff cuando terminara su despliegue. Han surgido detalles desgarradores sobre algunos de los 13 soldados estadounidenses que murieron en un horrible atentado suicida en el aeropuerto afgano de Kabul, que también se cobró la vida de más de 160 afganos.
Once marines, un marinero de la Armada y un soldado del Ejército se encuentran entre los muertos, mientras que otros 18 miembros del servicio estadounidense resultaron heridos en el bombardeo del jueves, que se atribuyó a la rama afgana del grupo Estado Islámico. Estados Unidos dijo que fue el día más letal para las fuerzas estadounidenses en Afganistán desde 2011.
Doce de ellos tenían 20 años; algunos habían nacido en 2001, el año en que comenzó la guerra más larga de Estados Unidos. El mayor tenía 31 años.
Aquí están las historias de algunas de las víctimas y de las personas que las lloran:
Nicole Gee, 23 años
Una semana antes de ser asesinada, la sargento Nicole Gee acunaba a un bebé en sus brazos en el aeropuerto de Kabul. Publicó la foto en Instagram y escribió: “Amo mi trabajo”.
Gee, de 23 años, de Sacramento, California, era técnico de mantenimiento de la 24ª Unidad Expedicionaria de los Marines de Camp Lejeune, en Carolina del Norte.
La sargento Mallory Harrison, que vivió con Gee durante tres años, escribió sobre la magnitud de su pérdida.
“No puedo describir la sensación que tengo cuando me obligo a volver a la realidad y a pensar en que no voy a volver a verla”, escribió Harrison en Facebook. “Cómo su último aliento fue tomado haciendo lo que ella amaba – ayudar a la gente. … Luego hubo una explosión. Y así, sin más, se ha ido”.
La página de Instagram de Gee muestra otra foto de ella en traje de faena, sosteniendo un rifle junto a una fila de personas que entran en la panza de un gran avión de transporte. Ella escribió: “escoltando a los evacuados hacia el pájaro”.
Las fotos la muestran sobre un camello en Arabia Saudí, en bikini en una isla griega y sosteniendo una cerveza en España. Una de este mes en Kuwait la muestra radiante con su meritorio ascenso a sargento.
Harrison dijo que su generación de marines escucha las historias de guerra de los veteranos de los conflictos de Irak y Afganistán, pero que parecen lejanas hasta que “la pacífica carroza en la que estabas se convierte en… tus amigos que nunca vuelven a casa”.
El coche de Gee seguía aparcado en un solar de Camp Lejeune y Harrison reflexionó sobre todos los marines que pasaron por delante de él mientras ella estaba en el extranjero.
“Algunos la conocían. Otros no”, dijo. “Todos pasaron por delante de ella. Las historias de la guerra, las pérdidas, los ataúdes envueltos en banderas, los brazaletes de KIA y la angustia. Ya no es tan lejano”.
Rylee McCollum, 20 años
El cabo primero Rylee McCollum, marine y natural de Bondurant (Wyoming), se casó y su mujer espera un bebé dentro de tres semanas, dijo su hermana, Cheyenne McCollum.
“Estaba muy emocionado por ser padre, e iba a ser un gran padre”, dijo McCollum. Dijo que su hermano “era un marine antes de saber que podía ser un marine. … Llevaba su rifle de juguete y se ponía las botas de nieve de princesa rosa de su hermana y o bien estaba cazando o era un marine. A veces no llevaba nada debajo, solo una camiseta”.
Esta foto de diciembre de 2019, proporcionada por Regi Stone, muestra a Eli Stone, a la izquierda, y a Rylee McCollum, en Navidad en la casa de Stone en Jackson, Wyoming (Regi Stone vía AP)
McCollum dijo que su hermano quería ser profesor de historia y entrenador de lucha libre una vez que terminara su servicio. Otra hermana, Roice McCollum, dijo al Casper Star Tribune que su hermano estaba en su primer despliegue cuando comenzó la evacuación en Afganistán.
“Queremos asegurarnos de que la gente sepa que estos son los chicos que se sacrifican, y que él tiene una familia que le quiere y una esposa que le ama y un bebé que nunca llegará a conocer”, dijo Cheyenne McCollum.
Regi Stone, el padre de una de las amigas de Rylee McCollum, describió a McCollum como “una buena chica”, resistente, inteligente y valiente. Stone compartió una nota que su esposa, Kim, envió a su hijo Eli Stone, que también está en el ejército y desplegado en otro lugar. Kim escribió que recordaba haberle dicho a los amigos que corrieran hacia el otro lado si tenían que entrar primero y que ambos dijeron: “Si morimos haciendo esto, morimos haciendo lo que amamos”.
Kareem Mae’lee Grant Nikoui, 20 años
El cabo primero Kareem Mae’Lee Grant Nikoui, de Norco (California), envió vídeos a su familia horas antes de morir, en los que aparecía interactuando con niños en Afganistán. En uno de los vídeos, pedía a un niño que le saludara.
“¿Quieres que grabemos un vídeo juntos, amigo?” dijo Nikoui, inclinándose para grabar un vídeo con el chico. “Muy bien, ahora somos héroes, tío”.
Paul Arreola, amigo de la familia, dijo que los vídeos muestran “el corazón de este joven, el amor que tiene”.
“La familia está destrozada”, dijo. Arreola describió a Nikoui como un “joven increíble” lleno de promesas que siempre quiso ser marine y se propuso alcanzar su objetivo. Le sobreviven sus padres y tres hermanos.
“Amaba este país y todo lo que representamos. Es muy duro saber que lo hemos perdido”, dijo llorando.
Nikoui también estaba en el JROTC, y el JROTC de la Fuerza Aérea de la Escuela Secundaria Norco publicó en Facebook que era “uno de nuestros mejores cadetes del JROTC de la Fuerza Aérea” y que “Kareem estaba decidido a ser un Marine y siempre quiso servir a su país”.
Maxton Soviak, 22 años
La bandera frente a la casa de Ohio en la que viven los padres del soldado de la Marina Maxton “Max” Soviak estaba a media asta mientras un flujo constante de amigos, entrenadores, profesores y familiares se detenía para ofrecer sus condolencias.
Soviak, de Berlin Heights, era recordado como un tipo simpático y agradable que divertía a los demás y que había sido miembro del equipo de lucha libre campeón del estado y había llegado a las semifinales de fútbol americano dos años seguidos. Tenía 12 hermanos y hermanas.
(Kendra Ward vía AP)
“Max era un hijo maravilloso que amaba a su familia, a su comunidad y estaba orgulloso de servir en la Marina de los Estados Unidos”, donde pensaba hacer su carrera, dijo su familia en un comunicado. “Las palabras no pueden expresar lo desconsolados que estamos con esta noticia y echaremos tremendamente de menos a Max”.
Soviak se graduó en la Edison High School en 2017. En el partido de fútbol del viernes por la noche, los aficionados le honraron con un momento de silencio.
“Max siempre estaba sonriendo”, dijo Vince Ragnoni, su profesor de tecnología eléctrica. “A Max se le daba bien hacer travesuras y le gustaba hacer reír a los demás”.
Se alistó en septiembre de 2017 y asistió a la Escuela de Agentes Hospitalarios en San Antonio, Texas, antes de ser destinado a Guam y a Camp Pendleton.
En sus últimas palabras a su madre por FaceTime, le aseguró que estaría a salvo, dijeron.
“No te preocupes mamá, mis chicos me tienen”, dijo. “No dejarán que me pase nada”.
Humberto Sánchez, 22 años
El cabo de los marines Humberto Sánchez fue uno de los 17 miembros de su clase del instituto de Indiana que se alistó en el ejército tras su graduación.
Sánchez jugó en el equipo de fútbol universitario de Logansport High School y estuvo en la corte de bienvenida en su último año, dijo el director Matt Jones. Jones dijo que Sánchez era un artista dedicado que tomó muchas clases de arte junto con cursos de honores y de doble crédito universitario.
“Humberto era un joven brillante y atlético que era popular, muy querido por sus compañeros de fútbol, compañeros de clase, entrenadores y profesores”, dijo Jones. “Era un honor para él ponerse el uniforme de los Marines y servir a su país”.
Descansa en paz, Humberto Sánchez.
Dylan Merola, 20 años
En su último mensaje a casa, el cabo primero Dylan Merola le dijo a su madre que no podría hablar con ella durante un tiempo porque lo iban a trasladar a un nuevo lugar en Afganistán.
“Te quiero y hablaré contigo en cuanto llegue a casa”, fueron sus últimas palabras, según declaró Cheryl Merola a KCAL-TV.
Merola, originario de Rancho Cucamonga (California), solo llevaba menos de dos semanas en el país cuando fue asesinado, dijeron sus familiares.
Pensaba estudiar ingeniería en la universidad después del servicio militar.
Antes del partido de fútbol del viernes en su alma mater, el instituto de Los Osos, se comunicó a los aficionados que la escuela había recibido “noticias devastadoras” y se guardó un momento de silencio en su honor.
Una cuenta de GoFundMe para su funeral había superado con creces su objetivo de 15.000 dólares el sábado por la tarde.
“Dylan era un hijo, un hermano, un nieto, un bisnieto, un sobrino, un gran amigo y un valiente soldado que pagó el último sacrificio en la Puerta de la Abadía del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai durante la evacuación”, decía el comunicado.
Su madre, entre lágrimas, dijo que era “uno de los mejores niños”.
“Amable y cariñoso, se entregaba a todas las personas”, dijo. “Daría cualquier cosa por cualquiera”.
Jared Schmitz, 20 años
El soldado de primera clase Jared Schmitz se crió en la zona de San Luis y formó parte de un grupo de marines enviados a Afganistán para ayudar en las tareas de evacuación, dijo su padre, Mark Schmitz, a la radio KMOX.
“Esto era algo que siempre quiso hacer, y nunca vi a un joven entrenar tan duro como él para ser el mejor soldado que podía ser”, dijo Mark Schmitz sobre su hijo. “Su vida significaba mucho más. Estoy increíblemente desolado por no poder ver al hombre en el que se estaba convirtiendo rápidamente”.
Me entristece saber que uno de los 13 marines muertos en acción en Kabul, Afganistán, era Jared Schmitz, de Wentzville, MO.
Taylor Hoover, 31 años
El sargento Taylor Hoover, de Utah, llevaba 11 años en los Marines y era recordado como un héroe, dijo su padre, Darin Hoover.
“Dio su vida protegiendo a los que no pueden protegerse a sí mismos, haciendo lo que le gustaba servir a su país”, dijo Darin Hoover, que vive en un suburbio de Salt Lake City.
Dijo que había oído a los marines decir que estaban agradecidos por tener a su hijo como sargento.
“Miran hacia atrás y dicen que han aprendido mucho de él”, dijo Hoover. “Es un gran líder”.
Hoover dijo que su hijo era también el mejor amigo de sus dos hermanas y quería a toda su familia extensa. Tenía una novia en California y era el tipo de persona que “iluminaba una habitación” cuando entraba, dijo su padre.
Nate Thompson, de Murray (Utah), conoció a Hoover cuando tenían 10 años en la liga infantil de fútbol. Siguieron siendo amigos hasta el instituto, donde Hoover jugaba de linier. No era lo suficientemente grande para la posición, pero su corazón y su trabajo duro compensaban con creces lo que le faltaba de estatura, dijo Thompson. Como amigo, era desinteresado y amable.
“Si teníamos problemas con las notas, problemas con la familia o problemas en el campo, siempre llamábamos a Taylor. Siempre es ecuánime, incluso si él mismo tiene problemas”, dijo.
Deagan William-Tyeler Page, 23
El cabo Daegan William-Tyeler Page sirvió en el 2º Batallón, 1º Regimiento de Marines con base en Camp Pendleton, California, y planeaba ir a la escuela de oficios y posiblemente convertirse en un linier después de su alistamiento, dijo su familia en un comunicado.
Page se crio en Red Oak, Iowa, y en la zona de Omaha y se alistó en los Marines tras graduarse en el Millard South High School. Le lloran su novia, sus padres, su madrastra y su padrastro, sus cuatro hermanos y sus abuelos, según el comunicado de la familia.
“Daegan siempre será recordado por su dura coraza exterior y su gigantesco corazón”, decía el comunicado. “Nuestros corazones están rotos, pero estamos agradecidos por los amigos y la familia que nos rodean durante este tiempo”.
Johanny Rosario Pichardo, 25 años
La sargento Johanny Rosario Pichardo estaba siendo llorada en la ciudad fabril de Massachusetts, Lawrence, a la que llamaba hogar, la capital del estado y su lugar de nacimiento en la República Dominicana.
“No permitiremos que la olviden”, dijo Jaime Meléndez, director de los servicios para veteranos de Lawrence, donde Rosario estudió en el instituto.
Rosario sirvió en la Fuerza Naval Anfibia, en la Task Force 51/5ª Brigada Expedicionaria de Marines, que elogió su labor como jefa de suministros esta primavera.
Sonia Guzmán, embajadora de la República Dominicana en Estados Unidos, tuiteó que la nación caribeña comparte la pérdida.
“¡Paz a tu alma!”, tuiteó en español.
Ryan Knauss, 23 años
El sargento del ejército Ryan Knauss fue recordado como un hombre divertido que amaba a su país y que estaba deseando volver a casa y trasladarse a Washington, DC, según dijeron sus familiares a WATE-TV en Knoxville, Tennessee.
“Era un joven divertidísimo y superinteligente”, dijo su madrastra Linnae Knauss.
Knauss había estado destinado en Fort Bragg, Carolina del Norte, y formaba parte del 9º Batallón de Operaciones Psicológicas, del 8º Grupo de Operaciones Psicológicas, informó el Departamento de Defensa.
“Un joven motivado que amaba a su país”, dijo su abuelo, Wayne Knauss, al canal de televisión. “Era un creyente, así que lo volveremos a ver en el cielo de Dios”.
Hunter López, 22 años
El cabo Hunter López había planeado seguir los pasos de sus padres y emprender una carrera en las fuerzas del orden tras su despliegue militar.
En su adolescencia había participado en el programa de exploradores del Departamento del Sheriff del Condado de Riverside, en el sur de California, donde prestan servicio su madre y su padre, y tenía previsto incorporarse él mismo al cuerpo, dijo el sheriff Chad Bianco.
“Se nos ha roto el corazón al conocer esta triste noticia sobre Hunter, que eligió seguir una vida de servicio, abnegación, valor y sacrificio, como sus padres”, dijo Bianco en un comunicado.
La madre de López es ayudante del sheriff y su padre es capitán.
El sindicato que representa a los agentes del sheriff de Riverside dijo que no había palabras para expresar lo mucho que se echará de menos a López.
“Hunter fue víctima de una maldad despiadada y fue asesinado porque llevaba el uniforme de los Marines de los Estados Unidos con amor y orgullo”, dijo la Asociación del Sheriff de Riverside. “Toda nuestra comunidad siente la angustia y lloramos la muerte de Hunter, que respondió a la llamada para servir, defender y proteger a nuestra nación”.
David Lee Espinoza, 20 años
El soldado de primera clase David Lee Espinoza, un marine de Laredo (Texas), se alistó en el ejército después del instituto y su madre lo recuerda como un héroe.
“Era lo suficientemente valiente como para ir a hacer lo que quería y ayudar a la gente. Así era él, era simplemente perfecto”, dijo su madre, Elizabeth Holguin, al Laredo Morning Times.
En un comunicado, el representante estadounidense Henry Cuellar dijo que Espinoza “encarnaba los valores de Estados Unidos: agallas, dedicación, servicio y valor. Cuando se unió al ejército después de la escuela secundaria, lo hizo con la intención de proteger a nuestra nación y demostrar sus actos desinteresados de servicio”.
Cuéllar concluyó: “Los valientes nunca mueren. El señor Espinoza es un héroe”.