Está claro que la guerra en Ucrania ha dañado a las fuerzas armadas rusas más allá de lo que nadie hubiera soñado. El pasado otoño, las fuerzas armadas rusas perdían más de 10 carros de combate principales al día, y en casi 11 meses de combates han visto cómo se destruían hasta 3.100 de sus carros.
Un batallón de tanques ruso ha sufrido tantas bajas en Ucrania que, desde la semana pasada, sólo dispone de 10 carros de combate T-80BV.
A pesar de estos hechos, el Kremlin ha dicho que tiene poco que temer de los MBT británicos que se suministrarán a Kiev y sugirió el lunes que los vehículos “arderán”.
Moscú ha afirmado que tiene un plan para destruir los cientos de vehículos blindados, incluidos 14 MBTS Challenger 2 y docenas de obuses autopropulsados que el gobierno británico se ha comprometido a enviar para ayudar a Ucrania. Aunque se trata de equipo suficiente para toda una brigada de armamento ofensivo, que podría ser empleado por Ucrania en una posible contraofensiva, los funcionarios rusos han tratado de restarle importancia.
“Están utilizando a este país [Ucrania] como una herramienta para lograr sus objetivos anti-rusos”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en respuesta a las preguntas sobre lo que los vehículos podrían significar para Ucrania. “Estos tanques están ardiendo y arderán igual que el resto”.
Peskov sostuvo además que los suministros de tanques y otros vehículos occidentales -procedentes del Reino Unido, Polonia, Francia y Estados Unidos- no bastarían para cambiar la situación, sino que eran un mero intento de alargar el conflicto, lo que en última instancia supondría “más problemas” para Ucrania.
¿Rusia resurge en Ucrania?
Las declaraciones de Peskov se producen pocos días después de que el Kremlin lograra su primer éxito en el campo de batalla al capturar Soledar, una ciudad minera en la región oriental ucraniana de Donbás.
Sin embargo, el Ejército ruso necesitó el apoyo del Grupo Wagner -la fuerza mercenaria que se ha ido desplegando cada vez más en los frentes- para conseguir destruir prácticamente la ciudad, lo que en el mejor de los casos resultó en una “victoria pírrica”.
Sin embargo, el presidente ruso Vladimir Putin declaró el domingo que la operación militar en Ucrania había cobrado un “impulso positivo” y dijo que esperaba que sus soldados obtuvieran nuevas victorias.
Moscú ha considerado la guerra en Ucrania como una batalla existencial contra Occidente y ha prometido utilizar todos los medios disponibles para proteger a Rusia y a su pueblo.
Los arsenales de la democracia
En las próximas semanas y meses, Ucrania puede esperar una serie de vehículos de fabricación occidental, incluidos los obuses autopropulsados británicos AS90 y los MBT Challenger 2, así como los MBT Leopard 2 de Polonia. Estos últimos están considerados entre los mejores carros de combate en servicio en el mundo.
Además, Francia se ha comprometido a enviar varios cazacarros de ruedas AMX-10RC, mientras que Estados Unidos enviará próximamente 20 vehículos de combate Bradley M2. La combinación de vehículos blindados occidentales podría permitir al ejército ucraniano operar de forma más parecida a una fuerza de combate de la OTAN, proporcionando apoyo móvil a sus MBT.
Ucrania también ha seguido empleando en el campo de batalla tanques rusos capturados, lo que sugiere que sus fuerzas seguirán ganando fuerza mientras que las de Moscú se verán cada vez más mermadas.
Propaganda rusa
A pesar del apoyo de Occidente, los propagandistas rusos siguen diciendo al pueblo ruso que la OTAN cree que Ucrania no puede ganar la guerra, aunque los hechos sugieran lo contrario. El lunes, Vladimir Rogov, líder del movimiento Estamos Juntos con Rusia, dijo a Tass que hay indicios de que Occidente cree ahora que se ha perdido la esperanza para Kiev.
“(El secretario general de la OTAN, Jens) Stoltenberg no habla por sí mismo, sino como jefe de un bloque militar agresivo y hostil a Rusia. El mero hecho de que hable del final del conflicto en Ucrania significa que las élites occidentales tienen una idea de en qué acabará esta confrontación. Los recursos humanos del régimen de Zelensky no son infinitos”, explica Rogov.
Dijo además que Occidente busca simplemente prolongar el conflicto.
“Occidente comprende que el régimen de Zelenski está fracasando, pero su objetivo es prolongar el conflicto, establecer tantas líneas de enfrentamiento como sea posible, atizar el resentimiento y el odio en las regiones del sur de Rusia para obstaculizar la reactivación”, añadió Rogov. “Intentan alcanzar estos objetivos mediante el suministro de armas, el apoyo político y el fomento de los crímenes de guerra del ejército ucraniano en todas sus formas, ya sea la tortura de prisioneros, las ejecuciones extrajudiciales o los bombardeos de ciudades pacíficas”.
Esto parece ser una interpretación errónea de lo que Stoltenberg dijo en realidad en una entrevista concedida el 15 de enero al diario alemán Handelsblatt. El jefe de la OTAN afirmó que Ucrania puede esperar más armamento pesado “en un futuro próximo”, y dijo que la OTAN descartaría cualquier normalización de las relaciones con Rusia hasta que la guerra haya terminado.
“Incluso si las armas callan en Ucrania, no debemos esperar que nuestras relaciones con Rusia se normalicen”, dijo Stoltenberg y más tarde añadió: “(Vladimir Putin) sobreestimó la fuerza de sus propias fuerzas armadas. Vemos sus errores, falta de moral, problemas de liderazgo, equipamiento deficiente”.
No parecen palabras de un hombre que cree que Rusia será la vencedora en el conflicto.