La Armada de Estados Unidos ha lanzado una solicitud para recibir propuestas que ayuden a aumentar el alcance de sus cazas F/A-18E/F Super Hornet y aviones de guerra electrónica EA-18G Growler sin necesidad de reabastecimiento en vuelo.
Hace casi cuatro años, la Armada canceló los planes de equipar los Super Hornet con tanques de combustible conformados (CFT) de largo alcance debido a una serie de complicaciones técnicas y otros problemas relacionados. Asimismo, el programa de aviones cisterna MQ-25 Stingray, destinado a proporcionar reabastecimiento aéreo, ha sufrido retrasos importantes y un incremento en sus costos.
El Comando de Sistemas Aéreos Navales (NAVAIR) emitió hoy un anuncio solicitando información sobre “conceptos innovadores” que puedan ampliar el alcance de los aviones Super Hornet y Growler. Esta iniciativa busca recibir ideas que ofrezcan soluciones técnicas viables para mejorar las capacidades de las flotas actuales.
Dentro de los conceptos propuestos, NAVAIR menciona varias áreas de interés, como aumentar la sustentación, reducir la resistencia, incrementar la cantidad de combustible disponible, minimizar el consumo de combustible en la cubierta, optimizar el rendimiento del motor, y realizar ajustes en la integración y/o arquitectura de subsistemas y controles de vuelo avanzados.
El sitio web de NAVAIR especifica que el alcance de combate máximo del F/A-18E/F es de 1.275 millas náuticas (2.346 kilómetros), aunque esto solo se alcanza con una carga mínima de dos misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder.
Por su parte, Boeing, el fabricante del Super Hornet, ha señalado anteriormente que el avión puede alcanzar un radio de combate de alrededor de 1.188 millas náuticas (2.200 kilómetros), cuando está equipado con dos misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder, dos misiles aire-aire de medio alcance avanzados AIM-120 AMRAAM, dos bombas guiadas de precisión de 2.000 libras y un tanque de combustible de 480 galones en su estación de la línea central.
Esta solicitud de la Armada marca un paso más en la búsqueda de mejorar la eficiencia operativa y aumentar la capacidad de respuesta de su flota de combate, manteniendo a los aviones en el aire por más tiempo sin depender del reabastecimiento aéreo.
EA-18G y Super Hornet: alcance de combate y desarrollo de CFT en la Armada
El alcance de combate del EA-18G, cuando transporta tres cápsulas de interferencia AN/ALQ-99, dos misiles AIM-120, dos misiles antirradar de la serie AGM-88 y dos tanques de combustible de 480 galones, supera las 850 millas náuticas (1.574 kilómetros), según lo indicado por NAVAIR.
Boeing ha desarrollado tanques de combustible conformados (CFT) para el F/A-18E/F, los cuales ofrecen un rendimiento y alcance superiores en comparación con los tradicionales tanques de caída de arrastre. Estos tanques conformados están diseñados para instalarse a ambos lados de la columna vertebral del Super Hornet, en la parte superior de la sección central del fuselaje, y pueden contener un total de 515 galones de combustible.
La compañía ha mencionado que estos tanques podrían extender el alcance del Super Hornet, cuando esté cargado con un par de AIM-9X, un par de AIM-120, dos bombas guiadas de precisión de 2.000 libras y un tanque de caída de la línea central, a 1.428 millas náuticas (aproximadamente 2.645 kilómetros). Además, los CFT permitirían liberar las estaciones que anteriormente ocupaban los tanques de caída, lo que facilitaría el transporte de otros suministros.
Originalmente, la Armada tenía planes de incorporar los CFT junto con otras mejoras en los nuevos Super Hornets Block III y en los aviones más antiguos que se estaban modernizando para alcanzar ese estándar, un proceso de actualización que sigue en marcha. También se consideró la posibilidad de añadir los CFT a los EA-18G en el futuro.
Sin embargo, en enero de 2021, la Armada decidió detener el trabajo en los CFT para el Super Hornet, citando, en parte, obstáculos técnicos que todavía no se han explicado en su totalidad, relacionados con las operaciones basadas en portaaviones. El aumento de costos y los retrasos también influyeron en esta decisión.
Es probable que la Armada vuelva a considerar el uso de tanques de combustible. Al menos, los Super Hornets Block III recién producidos aún tienen las provisiones para los tanques diseñados por Boeing. También podrían ser considerados nuevos tanques de caída libre con baja resistencia como alternativa.
La referencia hecha por NAVAIR sobre “aumentar el rendimiento del motor” como una posible estrategia para incrementar el alcance de los F/A-18E/F y EA-18G recuerda las discusiones previas acerca de la renovación de los motores de estos aviones.
En el pasado, se propuso una configuración de motor de rendimiento mejorado (EPE) para los motores General Electric F414 que propulsan a los Super Hornets y Growlers. Se anticipaba que el F414-EPE ofrecería un incremento del 20 por ciento en el empuje, lo que podría traducirse en un mayor alcance, además de una reducción del 1 por ciento en la tasa de consumo de combustible.
La rentabilidad y viabilidad de otros posibles cambios en las estructuras físicas de los aviones, incluidas modificaciones en la disposición de subsistemas, es aún incierta. Esta también fue mencionada como otra posible opción para ampliar la autonomía en el anuncio de contratación realizado por NAVAIR.
Los Super Hornets actuales de la Armada han pasado por costosos y lentos programas de ampliación de vida y actualización en los últimos años. Los nuevos aviones están saliendo de una línea de producción que Boeing planea cerrar completamente en 2027.
Desarrollo de eficiencia y alcance en los F/A-18E/F y EA-18G de la Armada
Las ganancias de eficiencia individuales, aunque sean relativamente pequeñas, derivadas de cambios modestos como generadores de vórtices y técnicas de reducción de resistencia, junto con sistemas de vuelo controlados por computadora mejorados y nuevas tácticas, técnicas y procedimientos, podrían contribuir a mejorar la economía de combustible y el alcance de los F/A-18E/F y EA-18G.
La Armada mantiene un interés significativo en ampliar el alcance de sus aviones en un entorno de defensa aérea y amenazas antibuque en expansión, que presentan desafíos crecientes para las aeronaves basadas en portaaviones y los buques de los grupos de ataque.
La creciente capacidad de misiles aire-aire, tierra-aire y antibuque de China, así como otras capacidades de antiacceso y negación de área, es una preocupación particular para el ejército estadounidense. Esta realidad probablemente aumentará la distancia entre los puntos de lanzamiento de los portaaviones y las áreas de operación esperadas para estos aviones, lo que ha llevado a importantes desarrollos relacionados con la aviación dentro de la Armada. Un ejemplo es el desarrollo y puesta en servicio, aunque sea de manera limitada, del derivado de lanzamiento aéreo AIM-174B del misil multipropósito Standard Missile-6 (SM-6).
Los F/A-18E/F son actualmente la única plataforma de lanzamiento conocida para los AIM-174B, que son notablemente grandes, pesados y lentos. Esto resalta el valor de esta nueva opción de extensión de alcance, especialmente como alternativa a los tradicionales tanques de caída. Además, los Super Hornets están listos para ser la plataforma de lanzamiento inicial para el misil de crucero antibuque hipersónico Hypersonic Air-Launched Offensive Anti-Surface Warfare (HALO), otra arma que se espera que sea relativamente grande.
El aumento del peso de las cargas de almacenamiento conlleva un mayor consumo de combustible, así como un menor margen para que los aviones basados en portaaviones regresen a la cubierta. La Armada también está trabajando en la introducción de nuevos sensores de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST) en tanques de combustible centrales modificados, que tienen una capacidad reducida. Los IRST son cada vez más importantes para las flotas de aviones tácticos en todo el ejército de EE. UU.
Adicionalmente, la Armada está en proceso de desplegar una nueva familia de pods de guerra electrónica de próxima generación para el EA-18G. Según el GAO, los pods de interferencia de próxima generación de banda media (NGJ-MB) ALQ-249(V)1 de Raytheon producen más resistencia que los AN/ALQ-99 existentes, lo que reduce su alcance.
Los problemas de peso y resistencia también pueden haber influido en la decisión de la Armada de optar por un diseño completamente separado para el pod NGJ-Low Band (NGJ-LB) de L3Harris y Northrop Grumman, en lugar de una propuesta derivada del NGJ-MB de Raytheon.
Desarrollo del MQ-25 Stingray para ampliar el alcance aéreo de la Armada
En el contexto de la ampliación del alcance de sus alas aéreas de portaaviones, la Armada de EE. UU. continúa buscando la implementación del avión cisterna no tripulado MQ-25 Stingray, desarrollado por Boeing, para aumentar el alcance de sus aviones tácticos.
Los requisitos básicos para los Stingray incluyen la capacidad de descargar al menos 14,000 libras de combustible, y potencialmente hasta 16,000 libras, a 500 millas náuticas (926 kilómetros) de distancia del portaaviones. Además, los MQ-25 tendrán una capacidad secundaria de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) y podrían asumir otras misiones, incluyendo ataques a distancia en el futuro.
Sin embargo, una serie de retrasos ha pospuesto el cronograma para que el primer MQ-25 comience a entrar en servicio operativo hasta al menos 2026. El aumento de costos en el programa MQ-25 también es una preocupación significativa. En agosto de 2023, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) estimó que el costo total del programa Stingray sería cercano a 15 mil millones de dólares, incluida la compra planificada de 76 drones.
Estimaciones anteriores de la GAO, que también incluyen trabajos de construcción asociados en varias bases, han situado el precio esperado del programa en alrededor de 16.5 mil millones de dólares.
Recientemente, Boeing anunció una pérdida de 2,000 millones de dólares en varios programas de su cartera de defensa, incluido el MQ-25, durante el tercer trimestre de 2024. Esto forma parte de una pérdida total de casi 6,200 millones de dólares para toda la compañía en el mismo período, que se suma a los miles de millones de dólares en pérdidas financieras ya reportadas este año.
El ecosistema de amenazas mencionado anteriormente implica que los aviones tácticos estadounidenses, que requieren mucho combustible, deberán enfrentar un espacio de batalla en evolución que limitará el acceso al apoyo de reabastecimiento aéreo tradicional. Esta capacidad se espera que se vea restringida por las demandas operativas.
Esto ha puesto un renovado énfasis en los aviones cisterna más pequeños, tripulados o no tripulados, como los tipos basados en el C-130, que podrían operar desde una gama más amplia de ubicaciones y utilizar capacidades más innovadoras.
Transición de las alas aéreas de portaaviones de la Armada hacia la era de los drones
Las alas aéreas de los portaaviones de la Armada de EE. UU. se encuentran en un período de transición significativo. El servicio planea incorporar un nuevo avión de combate furtivo tripulado de sexta generación, el F/A-XX, y drones tipo compañero de ala leal, conocidos como Collaborative Combat Aircraft (CCA), a sus flotas basadas en portaaviones en los próximos años. La Armada persigue un objetivo de larga data: que el 60% de las alas aéreas de los portaaviones sean plataformas no tripuladas en el futuro.
Los drones generalmente poseen un mayor alcance que sus contrapartes tripuladas, lo que podría permitir a las alas aéreas extender su alcance en cientos de millas al aumentar la proporción de plataformas sin tripulación.
A pesar de esta evolución, se espera que los Super Hornets y Growlers continúen siendo los pilares de las alas aéreas de los portaaviones en el futuro previsible. Por lo tanto, encontrar formas de ampliar el alcance de estos aviones es crucial para mejorar su flexibilidad operativa y reducir su vulnerabilidad en un entorno de amenazas en constante cambio.