Estados Unidos busca recuperar su superioridad aérea mediante cazas de sexta generación con Inteligencia Artificial (IA) y el uso de vehículos aéreos no tripulados (UAV) en sus flotas aéreas.
Inteligencia Artificial en cazas de sexta generación
El Ejército del Aire y la Armada de Estados Unidos trabajan en el desarrollo de cazas de nueva generación para mantener su superioridad. La Marina solicitó más de 1.500 millones de dólares para el desarrollo de su caza de sexta generación, el F/A-XX, destinado a reemplazar la flota de F/A/-18E/F Super Hornet.
El F/A-XX está pensado para operar en portaaviones con y sin tripulación humana, siendo el «quarterback» del servicio en futuras operaciones. La aceptación de aviones autónomos por parte del ejército ha aumentado con el desarrollo y mejora de los UAV.
El director de la División de Guerra Aérea de la Oficina del Jefe de Operaciones Navales prevé una proporción de 60-40 entre aviones no tripulados y tripulados en el futuro.
Estados Unidos y sus cazas no tripulados
Utilizar cazas con IA en lugar de pilotos humanos podría ser rentable y reducir la pérdida de vidas. Sin embargo, estos cazas no han sido probados en combate, lo que podría suponer un riesgo para Estados Unidos en su afán de superar a sus adversarios.
El MQ-25 Stingray es el rostro del nuevo sistema aéreo no tripulado. La Armada inició su desarrollo en 2006, enfocándose en funciones de inteligencia, reconocimiento y vigilancia. Se espera que el MQ-25 alcance su capacidad operativa en 2025 y se despliegue en portaaviones en 2026.
Con una capacidad para transportar 15.000 libras de combustible a unas 500 millas náuticas, el Stingray superará la autonomía del Super Hornet en 300 millas, permitiendo que otros fuselajes realicen tareas de reabastecimiento aéreo.
Impacto del MQ-25 Stingray en la aviación naval
El Stingray ha demostrado su capacidad en diversas tareas críticas a bordo del portaaviones USS George H.W. Bush, incluido el reabastecimiento de fuselajes amigos y pruebas de equipos tripulados-no tripulados. Aunque aún no ha aterrizado ni despegado en un portaaviones, se espera que tenga un impacto significativo en el futuro de la aviación naval.
El contralmirante de la Armada Andrew Loiselle declaró a The Drive que los esfuerzos de colaboración entre el Ejército del Aire y la Armada para desarrollar aviones de combate furtivos tripulados y UAV de sexta generación están avanzados, lo que modificará el contenido de los grupos de ataque de portaaviones y de sus alas aéreas.
El alcance de la plataforma y el armamento que lleva son factores clave en la efectividad de los grupos de ataque de portaaviones. Un mayor alcance y capacidad de las armas permitirá enfrentarse a espacios disputados de manera más segura y efectiva.
El futuro de las flotas aéreas de Estados Unidos dependerá en gran medida de la implementación de cazas con Inteligencia Artificial y vehículos aéreos no tripulados, lo que cambiará la forma en que se llevan a cabo las operaciones militares.
Conclusión
La apuesta por cazas de sexta generación con IA y UAV en las flotas aéreas estadounidenses busca recuperar la superioridad aérea y transformar las operaciones militares en términos de alcance, armamento y efectividad en combate.