La policía sostiene que el exfiscal jefe de las FDI, coronel Matan Solomosh, conocía que el exjefe legal del ejército originó la filtración de Sde Teiman y que intentó encubrir su intervención. Así lo expuso el representante de las fuerzas del orden ante el tribunal en la audiencia.
Anoche detuvieron a Solomosh junto con la exabogada general militar, mayor general Yifat Tomer-Yerushalmi, quien dejó el cargo el viernes y confesó haber filtrado videos de vigilancia que supuestamente mostraban a soldados de las FDI que abusaron gravemente de un detenido de Gaza en el centro militar de Sde Teiman.
Tras la renuncia, se esperaba que la policía la citara para interrogarla, pero ayer desapareció durante horas en la costa de Tel Aviv. Agentes la ubicaron sin su teléfono y surgió la sospecha de que organizó un intento de suicidio para impedir el acceso a evidencia contenida en el dispositivo.
El abogado de Solomosh, Nati Simchoni, afirma que su clienta supo de la filtración en retrospectiva y solo entendió que Tomer-Yerushalmi tenía algún vínculo, aunque en realidad ella resultó ser la fuente de las imágenes. Añade que Solomosh no integró el equipo que Tomer-Yerushalmi designó para indagar el caso internamente.
Ese equipo incluyó al diputado del MAG Gal Asael y al fiscal adjunto del Estado Alon Altman, y trabajó antes del inicio de la pesquisa policial. Presentó una respuesta ante la Corte Suprema el 25 de septiembre que no implicó a Tomer-Yerushalmi en la filtración descrita, por el equipo mencionado.
Para entonces, Solomosh ya había concluido su mandato, lo que, según su defensa, excluye su intervención en cualquier encubrimiento. Simchoni sostiene que su clienta ofreció someterse a una prueba de polígrafo y cotejar su versión con la de Asael, además de colaborar con la revisión preliminar, coordinada por Altman inicialmente.
Señala que ofreció ayuda a la pesquisa inicial supervisada por Asael y Altman, aunque no comunicó a ellos ni a la policía lo que sabía. La detención de Solomosh se prolongó hasta el miércoles, porque el juez aceptó que su liberación pondría en riesgo la investigación vigente sobre la filtración.
La policía pidió alargar por cinco días la detención de Tomer-Yerushalmi, pero el Tribunal de Primera Instancia de Tel Aviv solo concedió tres días adicionales. La jueza Shelley Kutin prorrogó la prisión preventiva. Se le atribuyen fraude, abuso de confianza, obstrucción de procedimientos legales y abuso de poder, como sospechas.
La abogada de Tomer-Yerushalmi, Dori Klagsbald, afirmó ante el tribunal que su clienta es inocente, porque la policía ya recabó pruebas de otros sospechosos en la pesquisa. Indicó que existen una “cantidad masiva de material de investigación”, con la que sustenta la postura defensiva frente a las imputaciones provisionales presentadas.
Puntualizó: “En estas circunstancias, es difícil imaginar cómo se obstruiría exactamente la investigación”, y añadió que resultaría “tonto” intentar ocultar evidencia a la policía si el material ya está bajo control de las autoridades. A su juicio, “ha habido tiempo más que suficiente” para obstruir la pesquisa sin que ocurriera.
También sostuvo ante la corte: “No hay razón para suponer que alguien que no obstruyó la investigación desde el momento en que comenzó tendría motivos para obstruirla ahora”. Esa posición buscó reducir la necesidad de más detención y cuestionó la hipótesis de entorpecimiento actual planteada por la parte acusadora policial.
La jueza Kutin determinó que Tomer-Yerushalmi y Solomosh continúen detenidas hasta el miércoles al mediodía. La policía arrestó a Tomer-Yerushalmi anoche alrededor de las 10 p. m.; la trasladó a una evaluación física y mental a la 1:30 a. m. y concluyó a las 4 a. m., según el parte.
El ingreso se realizó a las 6:30 a. m. en Neve Tirza, inmediatamente después del interrogatorio. Así lo comunicó el representante policial que compareció por el caso. La secuencia incluyó arresto nocturno, evaluación física y mental, y posterior reclusión, según la cronología oficial difundida en la audiencia ante el tribunal.