¿Podría Israel adaptar sus C-130 para lanzar la GBU-57 contra Fordo ante la ausencia operativa del B-2, sin comprometer eficacia táctica?
Estrategias de Israel contra el sitio nuclear de Fordo
Desde el 13 de junio de 2025, Israel aumentó sus operaciones aéreas contra Irán, con el objetivo de desmantelar su infraestructura nuclear, especialmente la instalación de enriquecimiento de uranio en Fordo, ubicada a 95 kilómetros al suroeste de Teherán. Construida bajo una montaña a una profundidad estimada de 80 a 90 metros, Fordo se considera casi impenetrable para armas convencionales debido a sus túneles reforzados con concreto y puertas a prueba de explosiones. Los ataques israelíes destruyeron más de 120 lanzamisiles superficie-superficie y dos cazas iraníes F-14, lo que permitió lograr dominio aéreo sobre Teherán.
El sitio de Fordo, revelado en 2009, produce uranio enriquecido al 60%, cercano al 90% necesario para un arma nuclear, según la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). A diferencia de Natanz, donde los ataques israelíes dañaron instalaciones eléctricas y destruyeron un sitio de enriquecimiento superficial, Fordo permanece intacto, sin daños reportados en sus instalaciones subterráneas hasta el 17 de junio de 2025. La profundidad y fortificación de Fordo exigen armas especializadas, lo que representa un desafío estratégico para Israel.
Tradicionalmente, la única arma capaz de penetrar Fordo es la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), una bomba de 13,600 kilogramos diseñada para perforar hasta 61 metros de roca o concreto. Exclusiva de Estados Unidos, esta bomba solo puede ser desplegada por el bombardero furtivo B-2 Spirit, capaz de llevar dos GBU-57, con un peso total de 27,200 kilogramos. Sin acceso a estas plataformas, Israel explora alternativas para neutralizar Fordo sin recurrir a operaciones terrestres de alto riesgo o ataques nucleares.
Una opción considerada es el uso de la flota israelí de aproximadamente 15 aviones de transporte C-130 Hercules, que incluye modelos KC-130H, C-130H y C-130J. Estos aviones fueron observados en operaciones extendidas sobre Siria, donde probablemente apoyaron bases de lanzamiento de drones o puntos de reabastecimiento para helicópteros de operaciones especiales. La capacidad de los C-130 para operar en entornos de baja amenaza, tras la destrucción de las defensas antiaéreas iraníes, permite contemplar su uso para lanzar armas pesadas similares a la GBU-57.
Datos clave sobre la capacidad militar para atacar Fordo
- GBU-57 MOP: Bomba de 13,600 kg, penetra 61 metros, solo desplegada por B-2 Spirit.
- Fordo: Sitio nuclear a 80-90 metros bajo una montaña, produce uranio al 60%.
- C-130 Hercules: Flota israelí de 15 aviones, capaz de lanzar armas pesadas como la GBU-43 MOAB.
- Ataques israelíes: Desde el 13 de junio de 2025, destruyeron 120 lanzamisiles y dos F-14 iraníes.
- Dominio aéreo: Israel controla el espacio aéreo de Teherán, lo que reduce la necesidad de sigilo.
Capacidades de los C-130 Hercules en misiones ofensivas
Históricamente, los C-130 Hercules demostraron capacidad para lanzar armas masivas. Durante la Guerra de Vietnam, se emplearon para desplegar la bomba BLU-82 Daisy Cutter de 6,800 kilogramos, destinada a crear zonas de aterrizaje. En 2017, un C-130 lanzó la GBU-43 MOAB, una bomba de 9,800 kilogramos, contra túneles del Estado Islámico en Afganistán, lo que causó daños significativos. Aunque la GBU-57 es más pesada, con 13,600 kilogramos, los C-130 podrían adaptarse para transportarla si se ajusta la envolvente de lanzamiento para no exceder su capacidad de carga.
El principal obstáculo es la diferencia en altitud y velocidad entre el C-130 y el B-2. El B-2 Spirit opera a 50,000 pies y 500 millas por hora, lo que maximiza la energía cinética de la GBU-57 para penetrar profundamente. En contraste, el C-130 vuela a 25,000 pies y 250 millas por hora, lo que disminuye la fuerza de impacto. Para compensar, Israel podría desarrollar un arma con un propulsor de cohete para aumentar la velocidad de impacto o emplear múltiples lanzamientos secuenciales, donde cada bomba excava más profundamente en el cráter creado por la anterior.
Aunque no hay evidencia de que Israel posea la GBU-57 o una variante propia, la Fuerza Aérea Israelí modificó plataformas estadounidenses en el pasado, como el F-15I Ra’am, adaptado para misiones estratégicas. En 2023, se especuló que Israel podría modificar sus C-130 o incluso F-15EX para transportar la GBU-57, aunque las limitaciones de peso y dimensiones hacen que el C-130 sea la opción más viable. La adaptación requeriría ajustes en la bodega de carga y sistemas de lanzamiento, pero es técnicamente factible.
Los C-130 también podrían atacar objetivos menos fortificados. Irán mantiene otras instalaciones subterráneas, como bunkers y túneles, que no alcanzan la profundidad de Fordo, pero son impenetrables para armas como los JDAM BLU-109, usados por cazas F-16. Un C-130 equipado con una bomba pesada podría neutralizar estas estructuras, lo que complementaría los esfuerzos para degradar la infraestructura militar iraní.
Contexto militar de los ataques a instalaciones nucleares
Israel tiene un historial de atacar instalaciones nucleares en la región. En 1981, destruyó el reactor nuclear Osirak en Irak, y en 2007, eliminó el reactor Al-Kubar en Siria. Ambos ataques utilizaron cazas F-16 y F-15, pero las instalaciones eran superficiales y menos protegidas que Fordo. La complejidad de Fordo, combinada con la dispersión de los sitios nucleares iraníes, exige un enfoque más sofisticado, ya sea mediante armas pesadas o tácticas alternativas como sabotaje o interrupción de suministros eléctricos.
Los ataques recientes debilitaron las defensas antiaéreas iraníes, con sistemas de radar y baterías antiaéreas destruidos, lo que permite que cazas y drones israelíes operen con mayor libertad. Esta superioridad aérea reduce la necesidad de plataformas furtivas como el B-2, lo que hace viable el uso de aviones más lentos como el C-130 en misiones ofensivas. Sin embargo, las defensas móviles, como misiles disparados desde el hombro, siguen siendo una amenaza para aviones que operan a baja altitud.
La OIEA informó que los ataques en Natanz, iniciados el 13 de junio de 2025, dañaron instalaciones de centrifugadoras y sistemas eléctricos, pero el salón de enriquecimiento subterráneo permanece operativo. En Fordo, las inspecciones del 31 de mayo de 2025 confirmaron un aumento en la producción de uranio enriquecido, sin daños estructurales hasta la fecha. La capacidad de Irán para reconstruir su programa nuclear, incluso tras ataques significativos, persiste.