Después de meses de amenazas directas e indirectas de conflicto nuclear, el Kremlin cambió su tono sobre la guerra nuclear la semana pasada. Una declaración compartida en el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso subrayaba la importancia de evitar un conflicto nuclear y dejaba clara la posición del Kremlin: “Rusia se guía estricta y consecuentemente por el principio de que no se puede ganar una guerra nuclear y nunca se debe librar”.
El mensaje es muy diferente de lo que el presidente ruso Vladimir Putin dijo al mundo en su anuncio de una movilización parcial de tropas, diciendo a los líderes occidentales que no iba de farol sobre su voluntad de proteger a Rusia utilizando cualquier medio necesario. El mundo tomó la palabra de Putin, y los líderes de la Unión Europea consideraron que era el indicio más claro de que Rusia estaba realmente dispuesta a utilizar armas nucleares.
Josep Borrell, máximo responsable político de la Unión Europea, declaró a la BBC que el conflicto había alcanzado un “momento peligroso” tras el discurso de Putin de septiembre.
En octubre, Rusia dio un giro, acusando a Ucrania de preparar una bomba sucia; un tipo de arma que teóricamente podría esparcir material o polvo radiactivo a gran distancia, sin llegar a desplegar una bomba nuclear.
A pesar de las llamadas a los secretarios de defensa de todo el mundo, el Kremlin no logró convencer a la OTAN de que los planes eran reales y no aportó ninguna prueba que respaldara las afirmaciones. Esto dio lugar a una preocupación generalizada de que Putin estaba estableciendo una narrativa de que Ucrania estaba preparando un ataque de falsa bandera, que sería atribuido a Rusia, y se estaba preparando para desplegar una bomba sucia en Ucrania.
Pero en noviembre, eso cambió, y podría ser obra del presidente chino Xi Jinping.
El factor China: ¿Qué dijo Xi Jinping?
En una reunión celebrada el viernes, el presidente chino dijo al canciller alemán, Olaf Scholz, que la comunidad internacional debería unirse en oposición al uso de armas nucleares. Fue la crítica más directa a las acciones de Rusia en Ucrania hasta el momento, aunque Xi no llegó a nombrar a Putin ni a criticar explícitamente su retórica durante el conflicto.
Xi dijo que el mundo debe “rechazar la amenaza de las armas nucleares” e incluso pidió a los líderes que se opongan a la guerra para detener una “crisis en el continente euroasiático”.
“Las armas nucleares no deben usarse y las guerras nucleares no deben librarse”, dijo el presidente Xi Jinping.
Sin embargo, el presidente chino apuntó al mismo tiempo a la OTAN, afirmando que las naciones occidentales habían ignorado los intereses de seguridad de Moscú. También se opuso a las sanciones impuestas a Rusia, tal vez en un esfuerzo de buena fe por no arrojar a Putin completamente bajo el autobús.
Si el cambio de opinión de Rusia sobre el uso de armas nucleares se debe a la intervención de Xi, y quizás incluso a las conversaciones privadas entre ambos líderes, podría indicarnos que China no se está preparando para apoyar militarmente a Rusia en Ucrania. Hasta ahora, China se ha negado a proporcionar equipo militar y armas a Rusia y no ha indicado ninguna intención de hacerlo a corto o largo plazo.
Tal vez, entonces, Rusia iba de farol todo el tiempo – o China impidió que Rusia iniciara un conflicto nuclear global.