Opinión

El régimen iraní parece estar a pocos meses de obtener armas nucleares, mientras que la administración Biden guarda absoluto silencio.

“Quiero entender la furia de los blancos, y yo soy blanco”, se quejó el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto.

Hasta la semana pasada, Biden se beneficiaba de que la cuestión de Afganistán no era un tema candente para nadie en Estados Unidos.

Los talibanes se aprovecharán ahora de un presidente estadounidense cognitivamente desafiado y previsiblemente incompetente.

Esta muestra de rara tensión entre los grupos de mando estadounidenses y británicos en Kabul refleja tres factores.

En cuanto a la conferencia de prensa de Joe Biden en sí, fue un tejido de, digámoslo con delicadeza, falsedades demostrables.

Rusia podría estar actuando para presionar a Israel para que detenga los ataques aéreos en Siria. La declaración abierta es una clara señal.

Ahora las fuerzas de seguridad afganas han desaparecido, y las mujeres y las jóvenes están sometidas al dominio de los talibanes.

Trump me encargó que organizara un plan de salida metódico y basado en condiciones que preservara el interés nacional.

Un hombre mayor que levanta la voz e insiste en que sabe lo que hace, a pesar de todas las pruebas que demuestran lo contrario.