Alemania analiza su posible adhesión al GCAP tras informes sobre nuevas fricciones del FCAS y contactos oficiales entre gobiernos europeos en diciembre de 2025.
Alemania valora el GCAP mientras persisten disputas técnicas del FCAS
Alemania estudia su eventual participación en el GCAP después de que el ministro italiano Guido Crosetto confirmara en Roma que Berlín revisa distintas vías de adhesión. La declaración se produjo en paralelo a tensiones visibles dentro del FCAS, un programa europeo que aún no avanza hacia fases superiores de desarrollo por desacuerdos industriales. Documentos oficiales y fuentes europeas describen un escenario en el que los tres gobiernos fundadores buscan una decisión política antes de finalizar 2025.
Crosetto precisó que Alemania podría fijar su incorporación en una etapa posterior si los tres miembros establecen un mecanismo claro para nuevos socios. El ministro confirmó interés formal de Arabia Saudí y Canadá, además de consultas con Australia. El GCAP mantiene un calendario orientado a entregar un caza tripulado de sexta generación en 2035, con un demostrador previsto antes de finalizar la década y con un marco institucional plenamente operativo.
El FCAS permanece en una fase de definición con desacuerdos entre Dassault Aviation y Airbus sobre el reparto de trabajo y el acceso a tecnologías sensibles. Estos desacuerdos han detenido la transición a una fase avanzada de ingeniería y requieren nuevas reuniones entre Alemania, Francia y España. La cooperación original estimó un horizonte de entrada en servicio alrededor de 2040, aunque análisis especializados describen retrasos acumulados.
El GCAP avanza con una estructura de gobernanza ya consolidada. La empresa conjunta Edgewing, formada por BAE Systems, Leonardo y la japonesa JAIEC, concentra el desarrollo del futuro caza. La GIGO, con sede en Reino Unido, supervisa el programa en nombre de los tres gobiernos y regula posibles ampliaciones. Este modelo proporciona un marco estable que atrae interés de terceros Estados con programas de modernización aérea.
Aspectos clave del proceso en Alemania
- Berlín analiza opciones para modificar su papel dentro del FCAS según fuentes gubernamentales.
- Airbus y Dassault mantienen posiciones enfrentadas que afectan el avance del demostrador.
- El Bundestag deberá revisar la necesidad de un caza desarrollado bajo el FCAS.
- La Luftwaffe examina alternativas para el componente tripulado a largo plazo.
Reuniones de alto nivel buscan decisiones sobre el futuro del FCAS
A finales de 2025, ministros de Defensa de Alemania, Francia y España programaron un nuevo encuentro para identificar obstáculos que impiden el avance del FCAS. Los gobiernos solicitaron a Airbus y Dassault una propuesta de compromiso antes de mediados de diciembre. Según fuentes europeas, las divergencias sobre liderazgo técnico y propiedad intelectual representan el núcleo de la disputa actual. Las autoridades desean fijar una hoja de ruta que permita definir el siguiente tramo del programa.
El consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, defendió una gobernanza que evite que una sola empresa asuma control excesivo del desarrollo. Desde Dassault, Éric Trappier sostiene que la compañía seleccionada para diseñar el caza requiere margen decisorio amplio sobre los aspectos esenciales del aparato. Estas declaraciones han reforzado la percepción de un conflicto estructural aún sin resolución en el seno del programa europeo.
Bélgica mantiene su transición hacia un estatus pleno dentro del FCAS después de haber actuado como observador desde 2023. Bruselas destinó unos 300 millones de euros para la fase 2026-2030, con el objetivo de asegurar retornos industriales. Sin embargo, la compra adicional de F-35A y críticas públicas desde Francia generaron revisiones internas acerca de la conveniencia de su participación futura. El ministerio de Defensa belga confirmó este proceso en julio de 2025.
Dentro de Alemania, el inspector de la Fuerza Aérea, Holger Neumann, afirmó en noviembre que la fuerza prioriza una arquitectura de combate centrada en la nube de datos y en sistemas no tripulados. Su postura abrió el debate sobre la necesidad de mantener un desarrollo tripulado dentro del FCAS o explorar alternativas externas. Neumann citó el GCAP como iniciativa que Alemania debe observar para evaluar su encaje en futuras capacidades de sexta generación.
Contexto institucional del GCAP y posibles ampliaciones de socios
El GCAP se formalizó en diciembre de 2023 mediante un convenio firmado en Tokio que creó la GIGO. Este organismo multinacional coordina decisiones de alto nivel y mantiene personalidad jurídica reconocida por los tres gobiernos. Reino Unido alberga su sede y asume funciones de supervisión conjunta. El GCAP incluye un caza tripulado de sexta generación, sistemas no tripulados y una arquitectura de comunicaciones de gran capacidad con estándares interoperables.
Italia comprometió alrededor de 8.800 millones de euros para la primera fase del programa. Esta cifra aparece en documentos presupuestarios y declaraciones públicas del ministerio de Defensa y de Leonardo. Japón ajustó en 2024 su normativa de exportación de material de defensa para permitir transferencias del futuro caza a países autorizados. Cada operación requerirá aprobación del gabinete japonés, y la reforma se restringe de forma estricta al avión del GCAP.
La aeronave reemplazará a los Eurofighter Typhoon en Reino Unido e Italia y al Mitsubishi F-2 en Japón. Los equipos industriales de los tres países operan bajo la coordinación de Edgewing, que distribuye responsabilidades sin concentrar funciones en un único socio. La empresa dirige el diseño, la producción y la integración de sistemas avanzados con apoyo directo de la GIGO, que fija los requisitos comunes y aprueba los hitos de desarrollo.
Australia, Arabia Saudí y Canadá han mostrado interés formal en el programa según declaraciones del gobierno italiano. En enero de 2025, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó respaldo a una futura incorporación saudí bajo un esquema que preserve la igualdad entre los miembros fundadores. Crosetto indicó que los tres gobiernos elaboran un itinerario de acceso para gestionar nuevas adhesiones sin afectar la estructura original del acuerdo.